Empresas y finanzas

La mutua de Mondragón carece de los 200 millones que costarán los pagos a la plantilla de Fagor

  • El fondo para prestaciones de desempleo sólo dispone de 35 millones
  • La reserva de Lagun Aro para las pensiones también sufrirá los efectos

La caída de Fagor puede arrastrar consigo a Lagun Aro EPSV, la mutua de la Corporación Mondragón, que no cuenta con fondos suficientes para atender las prestaciones de desempleo que habrá que abonar a la plantilla de la compañía una vez que se ejecuten los planes de reestructuración.

Lagun Aro cuenta con unas reservas para el pago del paro de 35 millones de euros y en Mondragón calculan que el coste total que deberá afrontar por prestaciones de desempleo a los 1.600 cooperativistas de Fagor que ahora están sin trabajo rondará los 200 millones de euros a lo largo de los dos años de prestación.

Hasta ahora, la mutua de la corporación abona el 80% del salario de los socios trabajadores en desempleo durante un periodo máximo de dos años. Los pagos realizados en el último ejercicio ascendieron a 19 millones de euros, pero el despido masivo de la plantilla de Fagor Electrodomésticos supondrá un agujero para el que no hay fondos suficientes.

El fabricante de electrodomésticos tiene en total 5.600 empleados en todo el mundo, y aunque ha dicho ya que intentará recolocar a todos los cooperativistas que pueda, parece muy complicado teniendo en cuenta que otra gran empresa de Mondragón, Eroski, atraviesa una situación financiera muy complicada, con pérdidas acumuladas en los últimos años de 435 millones y continuos planes de reestructuración y recorte de plantilla. Otra consecuencia de la caída de Fagor es que se llevará también por delante a otras pequeñas cooperativas de Mondragón que trabajan como proveedores de componentes.

Antes incluso de que se conociera la cifra que costará el paro de los cooperativistas de Fagor, Lagun Aro EPSV ya había comunicado al conjunto de socios de Mondragón que iban a hacer falta aportaciones extraordinarias y que la primera medida sería incrementar las cuotas de los 29.531 socios de la mutua para fortalecer así el fondo de desempleo.

Desde la mutua Lagun Aro se ha querido transmitir, sin embargo, que la crisis de Fagor y el paso de sus trabajadores al paro "no tendrá repercusión alguna en el sistema de pensiones, por tratarse de fondos independientes y contar con una acreditada solvencia".

El fondo de pensiones de Mondragón acumula un patrimonio de 4.876 millones. Los socios de las cooperativas hacen una aportación mixta: pagan una parte a Lagun Aro EPSV y otra a la Seguridad Social por el régimen de Autónomos. En 2012 el grupo cooperativo tenía 10.929 pensionistas cobrando, frente a un colectivo de 29.531 socios activos aportando a la caja común.

La Seguridad Social aporta

El problema es que el coste de las pensiones para Lagun Aro no ha parado de crecer en los últimos años debido al progresivo envejecimiento de los socios de la corporación. En 2012 ascendió ya a 135 millones de euros, lo que supone un 50% más que en 2007. Hace tres años, para asegurar la viabilidad de su mutua en pensiones, Mondragón aprobó un cambio radical. Pasó de un sistema de pensiones privado, complementado por el público, a un sistema público complementado por el privado.

Si antes de la reforma los socios de Mondragón percibían el 67% de su pensión de Lagun Aro y el 33% restante de la Seguridad Social, ahora la proporción es justo la opuesta. La Seguridad Social aporta el 60% y el 40% restante corresponde a Lagun Aro, lo que ha llevado parejo un incremento de las cuotas a la primera.

Fuentes próximas a la Corporación calculan que el impacto total que podría tener la quiebra de Fagor en Mondragón se elevará a unos 400 millones, incluyendo prestaciones de desempleo, prejubilaciones, préstamos intercooperativos y posibles provisiones.

Tal y como adelantó ayer elEconomista, la caída de Fagor ha provocado ya una división en la cúpula de la corporación Mondragón. El presidente de la corporación, Txema Gisasola, es partidario de inyectar dinero en la compañía -necesita unos 110 millones de euros de forma urgente- para evitar que produzca un efecto dominó en el resto de empresas del grupo. Los presidentes de Eroski, Caja Laboral y Orona -Agustín Markaide, Txomín García y Xabier Mutuberria-, que ocupan cada uno una vicepresidencia en la corporación, se oponen radicalmente.

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