
Manuel Fernández de Sousa ha presentado hoy su dimisión como presidente de Pescanova en el consejo de administración que ha celebrado la compañía gallega, según ha informado a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).
La empresa de congelados, en concurso de acreedores, lleva varios meses envuelta en la polémica por las dudas sobre la gestión de su cúpula directiva. Manuel Fernández de Sousa se mantenía como presidente pero sin ningún poder de decisión, después de ser apartado de la gestión por el juez concursal.
Además de Sousa, el consejo también ha aceptado la dimisión de la consejera Ana Belén Barreras. Asimismo, ha aprobado la elección de un asesor financiero por parte de la administración concursal para que elabore un plan de viabilidad. Por último, también ha convocado una junta extraordinaria de accionistas el próximo 12 de septiembre.
El directivo gallego ha permanecido al frente de la compañía durante 37 años y está pendiente de ser llamado a declarar ante el juez de la Audiencia Nacional Pablo Ruz, tras ser imputado por varios delitos.
La semana pasada se conoció la auditoría 'forensic' realizada por KPMG. El informe forense realizado por KPMG para determinar la situación de la pesquera española reveló que en los últimos ejercicios se diseñaron y ejecutaron prácticas contables para ocultar deuda, y que estas prácticas eran "instruidas, ejecutadas, llevadas a cabo o conocidas, en mayor o menor medida", por miembros de la cúpula directiva.
En concreto, el informe concluía que el objetivo de estas prácticas era presentar una deuda financiera inferior a la real y, como consecuencia, unos resultados superiores a los realmente generados. De hecho, cuantifica que la deuda financiera a 31 de diciembre de 2012 era de 3.281 millones de euros, con un patrimonio neto negativo de 927 millones de euros.