
La banca y el Gobierno evitarán la quiebra a "tres o cuatro empresas" antes del verano con la puesta en marcha de un fondo "piloto" de reestructuración de deuda. Al vehículo, las entidades podrían traspasar los créditos dañados de compañías en crisis o participaciones en su capital recibidas en canje por el pasivo, como facilita la Ley de Refinanciaciones y Reestructuración de Deuda para salvar sociedades muy apalancadas, pero viables.
El plan de echar a rodar el vehículo lo desvelaron ayer responsables de Santander, BBVA, Sabadell y Bankia en unas jornadas de la Asociación para el Progreso de la Dirección, Alvarez & Marsal y Kreab & Gavin Anderson, donde valoraron la Ley de Reestructuración y demandaron alguna mejora. El director general de la división de Recuperación y Saneamientos de Activos del Santander, Remigio Iglesias, se mostró contrario a crear fondos específicos o sectoriales desde un principio. "No significa que no se puedan hacer, pero no por sistema", defendió e incidió en la importancia de que "el camino se vaya trazando" a fin de comprobar cuál es la mejor solución para la empresas.
El sector financiero cree prematuro anticipar cuál puede ser su alcance. Sin embargo, el director general de riesgos de Bankia, Juan Carlos Estepa, estimó que la capacidad de repago de la deuda de una empresa en concurso de acreedores podría aumentar al 50 ó 60% con las soluciones articuladas por la nueva ley, cuando hoy se limita al 20 ó 30%.
Solución temporal
La virtualidad de cambiar deuda por capital es visto por la banca como solución "temporal". "Nuestra vocación de proveedor de capital es transitoria", refirió el director general de riesgos del BBVA, Pedro Urresti, quien abogó junto a su homólogo en Santander por que la banca busque después a sustitutos en capital, que puedan "aportar valor operativo o valor financiero".
Durante la crisis han desaparecido 135.000 compañías, 85.000 encaran problemas de insolvencia y la banca tiene 138.000 millones en deuda empresarial reestructurada.
El subdirector general de riesgo del Sabadell, Rafael García Nauffal abogó por extender las soluciones a "segmentos que no se han beneficiado", que el Santander identificó como "las pymes y autónomos".