La expropiación de YPF por parte de Argentina, impactará de lleno en el grupo Petersen, que se encuentra entre la espada y la pared para hacer frente a la deuda de más de 3.000 millones suscrita para su desembarco en YPF con un 25,4%. Y es que el empresario Enrique Ezquenazi hacía frente a este pasivo con el generoso dividendo repartido anualmente por la petrolera. Rajoy: "La nacionalización es injustificable y afecta a la reputación internacional de Argentina"
Pero los planes de la presidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner, trastocan esta hoja de ruta, ya que prevé suspender esta retribución al accionista para dedicar todos los recursos al aumento de la inversión.
Cobro pendiente
Además, existe un riesgo potencial para la propia Repsol que aún tiene pendiente de cobro 1.500 millones. La compañía financió parte de la operación a través del mecanismo vendor loans y se ejecuta con la cesión del derecho al cobro de dividendos. Con la entrada de Ezquenazi en 2008, el Gobierno argentino pactó con la petrolera que se debía repartir el 90% del beneficio en dividendos, con el fin de que la familia argentina pudiera saldar su deuda. Sin embargo, Kirchner critica ahora esta fórmula impuesta por su malogrado marido, Nestor Kircnher
Este préstamo tenía un periodo de carencia de cinco años, con una tasa de interés del 8,12%, con lo que Repsol comenzaría a cobrar a partir del próximo año la parte del principal, en plazos de seis meses hasta 2018.
Ahora todo está en el aire, así como los inminentes vencimientos a los que tiene que hacer frente el grupo Petersen, los cuales se producen el próximo mes, coincidiendo con el pago del dividendo. Ezquenazi abona cada año estas cantidades en cuotas semestrales (mayo y noviembre).
Así, el holding argentino tiene que afrontar unos vencimientos anuales de unos 300 millones de dólares anuales entre amortizaciones e intereses, pero la supresión del dividendo le deja en una delicada situación, por la falta de solvencia del empresario.
Y es que la deuda no es sólo con Repsol, sino con un consorcio de bancos internacionales integrado por Credit Suisse, Goldman Sachs, BNP Paribas y Banco Itaú Europa. En concreto, Ezquenazi pagó el 10 por ciento del importe de la operación en efectivo y el 90 por ciento restante a partes iguales entre créditos con Repsol y los bancos.
Repsol avaló 100 millones
Pero para la petrolera española el riesgo también se contagia en este crédito ya que es avalista del préstamo de 100 millones concedido por Goldman Sachs donde también están pignoradas las propias acciones de YPF, que actúan a su vez como garantía.
Con todo, Ezquenazi tiene que buscar comprador para su participación para evitar las reclamaciones de Repsol en los tribunales.
De ahí que, el presidente del grupo, Antonio Brufau, consciente de los inminentes nacionalismos resurgidos en Argentina haya "mantenido negociaciones avanzadas" con grupos para dar entrada en el capital, bien a través de una ampliación o bien mediante la venta de un paquete accionarial.
Según un medio de China, una petrolera del país estaría interesada en entrar en YPF a pesar de la expropiación decretada a Repsol. Kirchner llamó a la inversión internacional para hacer frente a los proyectos de Vaca Muerta, la mayor reserva de crudo de la historia. Su recelo a las empresas españolas no llega a las del gigante asiático y, según medios locales, vería con buenos ojos la inversión procedente de China. Sin embargo, la inseguridad jurídica será su peor enemiga.