No hay que esperar a que la reforma financiera que prepara el Gobierno se aplique para ver pérdidas en el sector. Entre julio y septiembre de 2011, el resultado global de bancos, cajas y cooperativas de crédito presentó unos 'números rojos' de 780 millones de euros en su actividad en España.
Esta cifra debe ser matizada, para evitar distorsiones, con los resultados de la CAM y Unnim, que pasaron a tener pérdidas o a ampliarlas a raíz de la intervención, en el caso de la alicantina, y de la nacionalización al 100%, en el de la catalana. La evolución de estas dos entidades suma unas pérdidas de 727 millones en tres meses.
Descontando este efecto, el resto de entidades españolas ha acumulado un agujero de 53 millones, una cifra modesta pero que muestra cómo la banca, con gran parte de las dotaciones genéricas agotadas, se adentra en un preocupante cambio de ciclo.
Los resultados tienen en cuenta el negocio doméstico de las entidades y, por lo tanto dejan fuera la parte de la actividad que menos está afectada por la crisis, como son los negocios de los dos grandes bancos españoles, el Santander y BBVA, fuera de nuestro país.
Es necesaria una reforma sin ayudas
En estas circunstancias, los expertos alertan de que se vuelve aún más delicado plantear una reforma financiera sin ayudas públicas, bien nacionales o exteriores, que agravarían más los apuros contables de las entidades.
Durante los tres primeros meses del año pasado, bancos y cajas registraron un beneficio neto de 2.845 millones de euros y a los que sumaron después otros 2.244 millones obtenidos entre abril y junio. El tercer trimestre del año es, habitualmente, el de menor actividad bancaria, pero si se compara con años precedentes se observa que la caída se corresponde con un ejercicio complicado para la banca y no a efectos de calendario.
En 2008, durante el tercer trimestre el beneficio del sector ascendió a 4.380 millones de euros, siguió en 2009 con 4.455 millones y, por último en 2010, obtuvo 1.975 millones de euros.
La menguante evolución de los beneficios coincide con la tendencia inversa del reconocimiento de pérdidas de valor en el sector inmobiliario, que a fuerza de requerir nuevas dotaciones, reduce la cuenta de resultados.
En el tercer trimestre de 2008, el sector reconoció un deterioro en el valor de activos no financieros, donde se clasifican inmuebles y solares, de 131 millones de euros, al año siguiente la cifra ascendió 692 millones y en 2010, a 962 millones. Sin embargo, en el mismo periodo del ejercicio pasado, el volumen se dispara hasta los 2.373 millones.
El esfuerzo mayor de las entidades en el saneamiento de activos se produce en los tres últimos meses de cada año. En 2011, además, hay que sumar la previsión de una inminente reforma financiera que obligará a una provisión mayor y muy rápida de la cartera inmobiliaria, por lo que se espera que los grupos bancarios, al igual que hizo Banesto, aceleren en lo posible las dotaciones. Esto provocará, por un lado, que se superen ampliamente las cifras del tercer trimestre y, por otro, que metan más presión sobre los resultados.
De todos modos, a pesar de estos últimos movimientos, las ganancias de los dos primeros trimestres bastarán, previsiblemente, para que el año 2011 se salde con beneficios.
La reforma, que por ahora descarta la creación de un banco malo y de ayudas, requerirá unas provisiones extra de 50.000 millones, según adelantó el titular de Economía, Luis de Guindos. Su intención es que el coste recaiga en la de forma exclusiva en la banca y que, por ello, se aceleren las fusiones.