
La calma que ha seguido al anuncio del programa de compra de bonos soberanos del BCE es "engañosa". Las previsiones económicas del Gobierno de Mariano Rajoy para este año y el próximo son "una ilusión"... The Economist vuelve a poner el dedo en la llaga de la crisis en España y asegura que la situación empeorará de tal forma que, cuando llegue el esperado rescate, tendrá que mantenerse de forma prolongada.
"Si España pide ayuda, los rescatadores tendrán que seguir ayudando durante años". Así concluye el artículo que publica el semanario británico, titulado Los problemas fiscales de España: el estado de negación.
Según explica, el Ejecutivo de Mariano Rajoy tiene una visión demasiado optimista sobre cuál sería el desarrollo de los acontecimientos en el caso de que finalmente se decida a solicitar el respaldo de sus socios europeos y del BCE. La idea de acogerse a la línea de crédito habilitada por Bruselas, que active la intervención de la institución que preside Mario Draghi en el mercado secundario, sin verse forzado a acometer ajustes adicionales y logrando reconducir la recesión por su propio pie suena a "una ilusión".
¿Un rescate sostenible?
De acuerdo con The Economist, la realidad es que las finanzas públicas españolas albergan "debilidades estructurales" de tal envergadura que nada garantiza que el programa de rescate sea "sostenible", incluso aunque no llevase aparejadas más medidas de austeridad.
"Los líderes europeos que creen que no tienen nada más que echar mano del MEDE (el fondo europeo de rescate permanente) para sacar a España del apuro probablemente se lleven una decepción", afirma el artículo.
¿Y cómo se ha llegado a esta situación? The Economist hace referencia a dos problemas fundamentales que será "doloroso" corregir. En primer lugar, menciona el desequilibrio entre ingresos y gastos públicos, un problema que irá a peor debido a que buena parte de estos ingresos proceden de impuestos "poco fiables", tanto directos -relacionados con el boom inmobiliario-, como indirectos -el IVA, ligado a un consumo a la baja-.
En segundo lugar, incide en la cuestión autonómica. Según explica, la capacidad del Gobierno de meter en cintura sus cuentas "se ve comprometida por un sistema de financiación regional defectuoso", que los giros independentistas están complicando aún más. Y si la troika exige un mayor control sobre las comunidades autónomas, "lo que seguramente querrá", podría elevar el "fervor separatista en Cataluña", apunta.
Todo esto se desarrolla en un contexto de crecientes necesidades de endeudamiento, una "receta" que, según la publicación, conduce irremediablemente a la "indisciplina fiscal".