Economía

Merkel descarta la recapitalización directa de la banca que pide Rajoy

  • El presidente no ha decidido nada sobre el rescate y no admitirá presiones
  • Hollande reiteró que a España no se le pueden pedir más sacrificios
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy. Foto: Archivo.

La canciller alemana, Angela Merkel, volvió a demostrar ayer quién manda en la UE. Aunque los jefes de Estado y de Gobierno de los 27 estaban citados para dar un impulso decidido al conjunto de medidas aprobadas en junio en materia de refuerzo de la unión económica y monetaria, ella alemana se impuso.

El resultado de la última cumbre es un pequeño paso hacia una unión bancaria, dotada de un supervisor único encarnado por el BCE para evitar que vuelvan a repetirse crisis financieras y burbujas hipotecarias debidas a los desmanes del sector financiero. Pero lo que en el conjunto puede parecer un avance, para España es un fracaso.

El Gobierno de Mariano Rajoy aspiraba a la puesta en marcha del supervisor único el próximo enero y que desde ese momento pudiera aplicarse la recapitalización directa de la banca, con el objetivo de que no tuviera que endosar en su deuda los 40.000 millones de la ayuda europea a sus bancos.

Sin embargo, Merkel forzó las conclusiones para que de aquí a finales de año lo único que haya es la elaboración del reglamento que da mandato al BCE para poner en marcha "a lo largo de 2013" la estructura que tendrá que terminar vigilando los 6.000 bancos de la zona euro, con toda seguridad ya en 2014.

Además, chafó las ilusiones de Rajoy sobre una solución intermedia que pudiera dar vía libre a aplicar con efecto retroactivo la recapitalización bancaria, como se planteó en junio.

"No habrá una recapitalización directa retroactiva", y una vez esté en marcha, sólo "será posible en el futuro" para problemas bancarios venideros, dijo Merkel. "Cuando la supervisión bancaria esté instalada, ya no tendremos ningún problema con la banca española. Esa al menos es mi esperanza", zanjó.

Rajoy quiso minimizar el golpe y con optimismo aseguró que ésta "tampoco es la preocupación más importante del Gobierno de España", pues el coste del saneamiento de la banca equivaldría al 4% del PIB de deuda pública.

Ni rastro del rescate

Pese a todas las previsiones, Rajoy salió de la reunión con sus homólogos sin hablar del segundo rescate para España. No pidió explicaciones sobre las condiciones que se le impondrían, ni exigió claridad sobre la posición de sus socios al respecto. "La decisión no se ha tomado", aseguró, y advirtió que no tolerará presiones. "Si tengo que tomar la decisión, la tomaré", sentenció, pero cuando lo considere oportuno. "A lo largo de mi vida política he acreditado que no me gustan las presiones" porque hay que tomar decisiones "en defensa del interés general", planteó.

El presidente galo, François Hollande, abogó por no someter a España a nuevas condiciones si pide ayuda al BCE. "No hay razones para imponerle condiciones que añadirían aún más austeridad a la austeridad, teniendo en cuenta que España hace todos los esfuerzos necesarios", defendió.

La próxima cumbre, el 22 y 23 de noviembre, se prevé dura. Sobre la mesa, el presupuesto para 2014-20. Ahora, hay división entre los países contribuyentes netos y los demás.

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