
El Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (Frob) describe en su denuncia ante la Audiencia Nacional cómo el ex consejero delegado del Banco de Valencia Domingo Parra se enriqueció junto a sus amigos los Calabuig Gimeno y Aurelio Izquierdo con presuntas operaciones que califica de delictivas e incluso "criminales".
En el texto, al que ha tenido acceso elEconomista, relata tres tipos de actuaciones: las relativas a la sociedad Inversiones Financieras Agval y a Aguas de Valencia, la compra de la inmobiliaria Costa Bellver y la compraventa y reparto de dividendos de Capital Costa.
Con ellas, Parra habría causado un agujero al banco de 137 millones de euros, utilizados en créditos o como pago por compra de sociedades, con los que obtuvo "pingües beneficios en perjuicio del patrimonio de Banco de Valencia", según la denuncia. De esta cantidad, una parte se distribuyó entre los Calabuig, Izquierdo y el propio Parra y otra está en poder de Fomento Urbano, la sociedad de los Calabuig, pendiente de devolución.
1) AGVAL Y AGUAS DE VALENCIA
El Frob considera que Parra benefició a Fomento Urbano, presidida por Eugenio Calabuig, presidente también de Aguas de Valencia, al permitirle tomar en 2008 la mayoría de Inversiones Financieras Agval -instrumental que posee el 60 por ciento de Aguas de Valencia-, ya que el banco, representado por el propio Parra, renunció al derecho de adquisición preferente cuando dos de los cuatro accionistas quisieron vender su participación a los otros dos.
El autor de la denuncia omite la primera compra, que es la relevante, y sostiene que el Banco de Valencia "era el socio mayoritario y de control hasta entonces" en Agval, lo cual no es cierto, porque tenía el 33,43 por ciento. Así se lo recordó este martes Fomento Urbano en un comunicado en el que intenta defenderse de las acusaciones.
Lo relevante es que Fomento Urbano y Banco de Valencia se repartieron al 50 por ciento Agval, pero la empresa que preside Eugenio Calabuig se quedó con una acción más, que le da la mayoría. El Frob considera que esta renuncia del banco vale entre 15 y 21,4 millones, que el banco no ingresó y que reclama como fianza a los acusados.
Además, la compra de acciones por parte de Fomento Urbano al resto de socios se hizo sin desembolso alguno por parte de Calabuig, con dos préstamos del Banco de Valencia por un total de 48 millones, refinanciados junto a otros préstamos y avales en 2009 por un 53,9 millones, "autorizado por el comité de riesgos del que formaba parte Parra", según el Frob. Este préstamo tiene vencimiento único en mayo de 2016.
El Frob considera que "Banco de Valencia disponía de fondos necesarios para haber comprado todas las participaciones", pero obvia que se trata de una participación en Aguas de Valencia en la que Calabuig actuaba como socio industrial, por lo que ante un juez es defendible la participación conjunta.
La denuncia describe movimientos posteriores relacionados con esta operación, en concreto un préstamo de 50 millones del banco a Agval para financiar la opa de exclusión de bolsa de Aguas de Valencia en diciembre de 2008, así como la creación de una cuenta corriente común entre Agval y Fomento Urbano "para facilitar el desarrollo de las relaciones mercantiles y/o financieras entre ambas sociedades".
El Frob afirma que esa cuenta fue "el desagüe por el que se fue el crédito concedido" por el banco y que Parra "nunca informó" a la entidad de su apertura.
En virtud de ese contrato, Agval transfirió a los Calabuig 55 millones en marzo y abril de 2009, de los que 49,5 fueron concedidos como préstamo al Valencia Club de Fútbol. El Frob apenas se detiene en esta operación, que en su día se dijo que había sido una maniobra del Grupo Bancaja, al que pertenecía el Banco de Valencia, para aumentar su riesgo con el club de fútbol a espaldas del Banco de España. Lo cierto es que el Valencia ya ha devuelto ese préstamo a Calabuig, al que pagaba un interés del 8 por ciento.
Los denunciantes yerran de nuevo al afirmar que el préstamo para la opa era una "maquinación para suspender la cotización bursátil de Agval, lo que permitiría eludir los deberes de transparencia e información de las cotizadas", ya que la cotizada no era Agval, sino Aguas de Valencia.
En cualquier caso, el desvío de los 50 millones para la opa de Agval a Calabuig se produjo semanas antes de la operación de exclusión, por lo que el Frob afirma que "Parra era consciente de que Suez -accionista al que iba dirigida la oferta- nunca entraría en dicha operación", ya que había comprado un 30 por ciento a 200 euros por acción y le ofrecían 150.
Como conclusión sobre este capítulo, la denucia dice que "los movimientos de entrada de efectivo de Agval provenientes de Banco de Valencia precedieron a los flujos de salida por cantidades similares a sociedades vinculadas con la familia Calabuig, en unos casos por el contrato de cuenta corriente, y en otros por la compra de acciones de Costa Bellver.
2) COSTA BELLVER
La operación de compra de la promotora Costa Bellver fue descrita en exclusiva por elEconomista el 1 de octubre de 2011, cuando Bankia exigió la salida de Domingo Parra de la dirección del banco, materializada seis días después. La empresa propiedad de la familia Calabuig fue adquirida a mediados de 2009, en pleno hundimiento del sector inmobiliario, por Agval y por Bancaja Hábitat a un precio muy superior al pagado por sus acciones en los años anteriores.
En concreto, según detalla el Frob, Agval realizó dos compras de paquetes de acciones por 49,95 y 46,25 millones en mayo y julio, respectivamente. La primera de estas operaciones se pagó mediante cinco cheques por un total 9,4 millones a cada uno de los hermanos Calabuig Gimeno y un cheque a su empresa Fomento Urbano. Esto causo un descubierto en la cuenta corriente de Agval de más de 40 millones, que fue cubierto "29 minutos después" gracias a un cheque de la familia Calabuig por 44,1 millones.
En medio de estas dos operaciones, también en julio, Bancaja Hábitat, filial de Bancaja, pagó 45,25 millones por otro paquete de acciones de Costa Bellver que pertenecía a los Calabuig.
Según el Frob, estas transacciones se pagaron a 84.088 euros por título, cuando "entre 2007 y 2009 las acciones de Costa Bellver se transmitieron a un importe medio ponderado de 29.129 euros". Es decir, que multiplicó casi por tres su precio respecto al que tenía antes de la crisis inmobiliaria.
Esto significa un sobreprecio de 96 millones, aunque la denuncia se centra en lo que afecta a Agval, 66 millones, y pasa por alto la posible implicación de responsables de Bancaja Hábitat en la operación.
Según la denuncia, "Domingo Parra nunca informó" de estas operaciones a la entidad, "incumpliendo las normas internas de Banco de Valencia, impidiendo la intervención del departamento de Participadas y no disponiendo para sus actuaciones en Agval de la aprobación del consejo de administración" del banco.
La cosa no acaba ahí, ya que el Frob vincula a estas operaciones a una posible comisión de 4 millones. En concreto, señala dos transferencias de 2 millones cada una, en febrero de 2010, de Fomento Urbano y Galbis -otra empresa de los Calabuig- a la sociedad Gestión Inversiones Izpa, participada por Izquierdo y Parra y sus familiares. Estas transferencias provenían de cuentas cuyos fondos tienen origen en el cobro por la venta del segundo paquete de acciones de Costa Bellver vendido a Agval.
Como resumen de las operaciones de Agval y Costa Bellver, la denuncia concluye que todas fueron financiadas por el Banco de Valencia por un total de 153,4 millones, de los que al cesar Parra en octubre de 2011 quedaban por devolver 108,9 millones. Según el Frob, todo el dinero acabó en sociedades de los Calabuig, con un saldo positivo de 57,9 millones para ellos, mientras que para Agval el saldo fue "cercano a cero".
3) CAPITAL RESIDENCIAL
Es el más flagrante de los casos descritos por el Frob, que califica la conducta de Parra de "plan criminal" y relata que "utilizando las sociedades que el mismo controla directamente y con la ayuda de las sociedades de la familia Calabuig, el señor Parra consigue una importante desviación de fondos de Banco de Valencia a su patrimonio personal".
Según la denuncia, el plan consistió, en primer lugar en la venta por parte de los Calabuig de la sociedad Capital Costa a Izpa -Izquierdo y Parra al 50 por ciento- por 4.352 euros. Se firmó en diciembre de 2006, cuando Capital Costa ya había devengado un derecho a percibir dividendos por 1,53 millones.
Esta sociedad fue revendida por Izpa a los Calabuig en 2008 por 12,38 millones, sin que hubiese aumentado su actividad, que era la tenencia de un 30 por ciento de otra sociedad denominada Capital Residencial.
En medio de estas dos operaciones se produjeron dos repartos de cuantiosos dividendos por parte de Capital Residencial, que no tenía actividad. El primero, en 2006, se distribuyó tras obtener del Banco de Valencia una póliza de crédito de 3 millones de euros, autorizada por el comité de riesgos "del que formaba parte Parra", resalta el Frob, como "colchón de tesorería para posibles inversiones futuras". La póliza se prestó sin garantía y con renovación tácita de dos años.
Seis meses después, Capital Residencial aprueba un reparto de dividendos de 5,11 millones, pagados con los fondos del crédito, de los que Capital Costa recibe 1,53 millones, que a su vez los distribuye también como dividendos a Izpa, es decir, a Domingo Parra y Aurelio Izquierdo.
En 2007 se realiza una operación similar, pero esta vez son los Calabuig los que reciben un crédito de 12 millones para su empresa Casa Amiga, para "financiar cambios en la estructura patrimonial y aportación C.C. Portugal". El Frob da a entender que 8,65 millones de esa póliza llegan a Capital Residencial a través de otra empresa. Con este dinero, Capital Residencial vuelve a dar dividendos, 4,7 millones, de los que Capita Costa recibe 1,41.
Con todo ello, el Frob concluye que Izpa consiguió unas plusvalías de 13,9 millones entre el dividendo de 2006 y la venta de la empresa en 2008 por un valor muy superior al de compra.
Tanto Capital Residencial como Casa Amiga refinanciaron sus créditos y ahora deben 6,5 y 16,47 millones, respectivamente, al Banco de Valencia.
Fianza de 137 millones
Por todo ello, el Frob pide que se llame a declarar como imputados a Domingo Parra, María José Aznar -su esposa- y los hermanos Eugenio, Enrique, Celia, Pedro y Mercedes Calabuig Gimeno. Curiosamente, no incluye a Aurelio Izquiero en esta relación, a pesar de que al principio se refiere a él como "partícipe a título lucrativo debido a su participación en Gestión Inversiones Izpa".
Como medida cautelar, pide una fianza de 137 millones por el dinero presuntamente distraído y los préstamos pendientes de devolución.
Además, pide que se cite a declarar como testigos a todos los miembros del consejo de administración que presidía José Luis Olivas.