El futuro de Europa sigue en juego, y los inversores son conscientes de ello. La tregua desatada en el mercado de deuda la semana pasada llegó ayer a su fin, después de que la prima de riesgo española, ese termómetro de la desconfianza que mide el interés adicional que exigen los inversores a España con respecto a Alemania, rebasara otra vez la frontera de los 500 puntos básicos, a la espera de la próxima cumbre europea.
Un encuentro clave para la integración y la supervivencia de la moneda única, que se celebrará el próximo jueves y viernes. Y eso, a pesar de que España cumplió con el guión establecido al enviar ayer a sus socios europeos la petición formal de ayuda para recapitalizar al sector bancario; aunque no será hasta el próximo 9 de julio, como pronto, con la reunión del Eurogrupo, cuando se determine el importe final que España solicitará a la Unión Europea.
Una vez más, el optimismo dejó paso a la cautela. Así lo demostró el hecho de que el viernes, el diferencial español firmara su mejor semana del año tras cerrar en los 480 puntos básicos (64 menos que los registrados al inicio de semana) ante la mera posibilidad de que el crédito solicitado por España llegue directamente a la banca -pese a las reiteradas negativas de Alemania a emplear así los fondos de rescate-; y que ayer el diferencial empezara la semana superando, de nuevo, la barrera de los 500 puntos básicos.
En concreto, la prima de riesgo española registró ayer una incremento de 37 puntos -el mayor repunte diario del año-, hasta cerrar en los 517 puntos básicos, poniendo fin a cuatro días consecutivos de bajadas. Unas ventas que elevaron el interés que los inversores exigen al bono español a diez años hasta el 6,63 por ciento, desde el 6,38 por ciento con el que cerró el viernes.
Junto a España, la deuda italiana también sufrió ayer el castigo de los inversores. Prueba de ello es que el diferencial del país transalpino subió 33 puntos en la jornada de ayer, desde los 421 hasta los 454 puntos básicos. Al mismo tiempo que el interés exigido a los bonos italianos a diez años se incrementó hasta el 6,01 por ciento.
Este es el contexto en el que España subastará hoy letras a 3 y 6 meses, con las que pretende captar 3.000 millones de euros, después de que el martes anterior el Tesoro colocara letras a 12 y 18 meses a un interés superior al 5 por ciento, los mayores desde 1997.
BCE, otra semana sin comprar
Y, sin embargo, pese a las dificultades de financiación de algunos países, como España e Italia, el Banco Central Europeo (BCE) informó ayer de que la semana pasada tampoco compró deuda de los países de la zona euro, por lo que son ya quince semanas consecutivas sin hacerlo.
Las expectativas son determinantes en el mercado. Y en los últimos días muchas eran las depositadas en la próxima cumbre de los líderes europeos celebrada a finales de semana, después de que Alemania, Francia, Italia y España pactaran 130.000 millones de euros para fomentar el crecimiento económico. Sin embargo, las reiteradas negativas por parte de Alemania a algunas de las medidas para aliviar la crisis de deuda periférica desinflaron la esperanza que los inversores habían depositado en la posibilidad de que en la reunión se acuerde, finalmente, el apoyo institucional a la deuda de los países periféricos.
Otros de los temas a tratar serán la hoja de ruta para lograr una mayor unión fiscal, bancaria y política, con el fin de avanzar en la integración europea a cambio de la cesión de mayor soberanía o las condiciones del plan de rescate a Grecia.