El Gobierno prepara un paquete de medidas de liberalización en el que incluirá la transposición de la directiva de eficiencia energética. Esta norma obligará a los consumidores de facturar individualmente sus consumos de calefacción y agua caliente sanitaria y además obliga a la administración a cuidar de la eficiencia energética, entre otros aspectos.
La eficiencia energética es uno de los pilares fundamentales de la política energética europea para 2020.
Según el borrador de real decreto al que tuvo acceso elEconomista, y que se dispone a aprobar el Gobierno, esta norma consta de catorce artículos en los que se regulan las auditorías energéticas para detectar las operaciones necesarias que pueden contribuir al ahorro de energía.
Para las empresas no pymes, es decir, auqellas que ocupan a más de 250 personas y cuyo volumen anuales de negocios excede los 50 millones de eutros o su balance de los 43 millones se les obligará a realizar antes del 5 de diciembre de 2015 una auditoría energética.
Industria propone también la creación de un sistema de acreditación para proveedores de servicios energéticos y auditores energéticos, cuya aprobación será fundamental para el correcto funcionamiento de este mercado.
El Gobierno queire además promocionar la eficiencia energética en la promoción y uso del calor y frío.
La nueva norma tendrá un sistema de contabilización del consumo de calor, frío y agua caliente sanitaria en los edificios. De este modo regula la contabilización individual de los consumos que será obligatoria a partir de enero de 2017.
Industria crea además un regimen sancionador para los incumplimientos de este decreto e impone a la CNMC que tenga en consideración lo criterios de eficiencia energética en sus funciones reguladores.
Enagás tendrá que presentar al Ministerio antes del 31 de marzo de 2015 una evaluación potencial de eficiencia energética de sus infraestructuras de gas.