Empresas y finanzas

¿Qué pasa si soy accionista del Banco Espirito Santo?

Foto: archivo

La fórmula elegida para el rescate del Banco Espirito Santo (BES) está a medio camino entre el bail in, que los accionistas y bonistas paguen la liquidación del banco, y el rescate público, ya que Portugal solo se queda con la parte sana. Una decisión que acaba con el "principio de igual", lo que permite a los pequeños accionistas recurrir a los tribunales. Pero los expertos avisan de que el proceso judicial al que se enfrentan es largo y costoso.

El punto de partida para los accionistas del BES, los tenedores de deuda también se encuentran en la misma casilla de salida, es que "lo han perdido todo", señala el responsable del servicio de estudios de Asinver, Javier Flores.

El Gobierno portugués ha optado por dividir la entidad: por un lado ha creado Novo Banco, con los depósitos de los clientes, los activos sanos y una inyección de 4.900 millones de euros de dinero público; y por el otro aparca en el Banco Espirito Santo los activos tóxicos, creando un banco malo con la entidad existente.

Este diseño busca acercarse al bail in, que accionistas y bonistas paguen los rescates de la banca y que entrará en vigor en la Unión Europea después de 2018 tras trasponer los países diversas directivas. Pero con un fallo en su diseño, el bail in se aplica a toda la entidad, pero en "el caso del BES se le han sacado los activos buenos", remarca Flores.

Con un agravante, que las acciones del BES han sido suspendidas sine die cuando caían un 40% en la bolsa de Lisboa; mientras que en otros caso los títulos de entidades nacionalizadas han seguido cotizando con el castigo correspondiente en bolsa, aunque sus tenedores podían venderlas.

"El Gobierno portugués tenía dos opciones o aplicar un bail in o rescatar la entidad, pero no podía sacar parte de los activos porque ahora los accionistas pueden reclamar", añade el experto. Flores asegura que se ha llegado a esta situación por la dejación tanto del supervisor como del regulador portugués, ya que había que haber tomado una decisión antes de llegar a esta situación.

El responsable de Asinver señala que si un minoritario español decide reclamar se enfrenta a un proceso complejo, ya que el camino es largo y costoso. "El acreedor si aguanta puede recuperar, pero si se ve atrapado en un banco malo destinado a la liquidación no tiene nada que hacer", asegura. Aunque avisa de que en el caso de plantear una demanda "podría ganarse". "Se ha roto el principio de igualdad", insiste.

Incumplimiento de la MIFID

Aquellos accionistas que se hayan encontrado con acciones del BES sin saberlo o a los que sus intermediaros no avisaron del riesgo que implicaba comprarlas tienen otra vía para reclamar: el desconocimiento del producto.

"Los accionistas deben revisar cuándo compraron los títulos del BES y ver si se incumplió alguna directiva MIFID (el reglamento que marcan las normas para la distribución y asesoramiento de activos financieros)", aconseja Flores.

En ese caso pueden reclamar al mediador que no fueron informados del alto riesgo que suponía comprar acciones del BES y solicitar que les sea restituido el importe íntegro, algo similar a lo que sucede en las reclamaciones por preferentes.

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