
Bankia decidió este jueves dar por no cumplido y, por tanto, pedir que quede sin efecto el protocolo de intenciones que su expresidente, Rodrigo Rato, acordó hace 10 meses con el Valencia Club de Fúbol, lo que deja en una delicada situación a la sociedad que preside Manuel Llorente, que confiaba en esta solución para su abultada deuda.
El protocolo establecía que la empresa Newcoval, formada al 50 por ciento por Bankia Hábitat y por el Grupo Aedifica, se quedaría con el estadio de Mestalla -recalificado por el Ayuntamiento de Valencia-, con los terrenos de la Ciudad Deportiva -recalificados por el Ayuntamiento de Paterna- y con una parcela junto al nuevo estadio a cambio de cancelar la deuda de 245 millones de euros que el club tiene con Bankia (220) y Banco de Valencia (25).
Además, Bankia se comprometía a otorgar otro crédito para terminar las obras del nuevo estadio. Todo ello estaba sujeto a unas condiciones, fundamentalmente modificaciones urbanísticas, que debían estar cumplimentadas el pasado 21 de agosto.
Según han confirmado a elEconomista fuentes de Bankia, su filial Bankia Hábitat comunicó ya en agosto a su socio en Newcoval que "una serie de condiciones de índole urbanística no se han aprobado, y siguen sin estar aprobadas", por lo que decidió proponer que Newcoval diera por incumplido el protocolo de intenciones.
Bankia Hábitat solicitó tratar el tema en una reunión del consejo de administración de Newcoval, que preside el empresario Agustín Escandón, principal socio de Aedifica, pero no la reunión no se ha convocado, razón por la cual el grupo financiero decidió comunicar este jueves su decisión directamente a Manuel Llorente, presidente del club.
Según estas fuentes, los incumplimientos han venido tanto por parte del Ayuntamiento de Valencia como por el de Paterna, que han hecho modificaciones que "permiten que el Valencia mejore su posición pero Newcoval no".
La postura final la tendrá que tomar el consejo de administración de Newcoval, donde las decisiones son mancomunadas, y la intención de Bankia Hábitat es que el Grupo Aedifica se sume a su postura.
Vence la deuda de 245 millones
El problema más urgente que se le presenta al Valencia CF es el vencimiento de la deuda de 245 millones que se producirá en diciembre, después de una prórroga de seis meses otorgada por los bancos para que pudiera remartarse el protocolo de intenciones.
Fuentes de Bankia reconocen que "el Valencia tiene una deuda con una serie de garantías que ahora tienen mayor calidad", ya tanto los terrenos de Paterna como los del viejo Mestalla -recalificados por segunda vez- valen ahora más.
El club deberá negociar ahora con Bankia "o con otras entidades", según fuentes del banco que preside José Ignacio Goirigolzarri, para conseguir un nuevo aplazamiento, ya que es imposible que pueda pagar los 245 millones en diciembre. A su favor tiene la importante reducción de la deuda que Manuel Llorente ha conseguido a base de vender jugadores, así como no haber incurrido en ningún impago, según el club.
La ejecución de las garantías por parte de Bankia es improbable, ya que tendría que quedarse con el estadio de Mestalla. "Lo último que quiere una entidad financiera es ejecutar las garantías de un cliente, bastantes inmuebles tenemos ya", apuntan desde el banco.
El nuevo estadio, sin fecha
Si logra salvar el problema financiero, Llorente se enfrentará a otro también importante, aunque no tan urgente, como es la situación del nuevo estadio que quedó a medio construir en 2009 al no poder afrontar el club el coste de las obras. Su terminación, que costaría más de 150 millones de euros, iba a ser financiada con un nuevo préstamo dentro de la operación acordada con Bankia.
Además, el club tiene indirectamente un problema adicional, y es el préstamo de casi 80 millones que la Fundación Valencia CF recibió de Bancaja -ahora Bankia- para hacerse con la mayoría de la sociedad anónima deportiva en una ampliación de capital. La Fundación no tiene ingresos y debe pagar 5 millones de euros de intereses en noviembre.
Si no lo hace, Bankia podría ejecutar los avales prestados por el Instituto Valenciano de Finanzas (IVF) por la totalidad del préstamo, con lo que este organismo dependiente de la Generalitat se convertiría en el principal accionista del club, como de hecho ya lo es a través de la Fundación, que controla.