
Cuando las empresa españolas con intereses en Venezuela todavía no se han recuperado de los efectos que tendrá en sus cuentas la devaluación del bolívar, la muerte del presidente Hugo Chávez las pone en alerta y llena de incertidumbre sus intereses económicos en la zona hasta que no se aclare la situación política del país.
Gigantes empresariales españoles como BBVA, Telefónica y Mapfre seguirán muy de cerca el proceso de transición del país ante la ausencia de un presidente personalista, que incluso se atrevía a llamar a las empresas españolas en directo para darles una reprimenda pública y llena de demagogia.
Y sino que se lo pregunten a BBVA, que a finales de enero de 2011 fue objeto de las iras del malogrado presidente. Hugo Chávez aprovechó su programa en la cadena presidencial para llamar en directo al presidente de la filial de BBVA en Venezuela, Pedro Rodríguez, y amenazarle con expropiarles el Banco Provincial si no cumplía la ley. En el caso de BBVA, fue una amenaza, pero el Santander sufrió en sus carnes la expropiación de su filial venezolana en el verano de 2009. Eso sí, pagándole poco más de 1.000 millones de dólares por Banco de Venezuela, una operación que después se interpretó como positiva para la entidad financiera presidida por Emilio Botín.
Telefónica, BBVA, Mapfre...
Ahora Chávez ya no está, pero la incertidumbre política es casi peor para el empresariado español que la figura del populista mandatario. Mientras que grupos como Repsol van de momento viento en popa en Venezuela (incluso ha puesto en marcha un pozo con el singular nombre de Petrocarabobo) otras empresas más relacionadas con los servicios, como Telefónica, BBVA y Mapfre, miran con preocupación el periodo de transición al que se enfrenta el país.
Y no sólo por la siempre perenne amenaza de las expropiaciones, sino por la espectacular devaluación del bolívar anunciada a comienzos del mes de febrero, lo que supone que el tipo oficial de cambio pasa de 4,3 a 6,3 bolívares el dólar, lo que supone un impacto del 32%.
En el caso de Telefónica, el impacto fue brutal. La operadora calcula que perderá 630 millones de euros por los beneficios sin repatriar de Venezuela, ya que en la actualidad tiene bloqueados 2.000 millones de euros (que alguna día sueña con sacar del país), que han perdido automáticamente un 32% de su valor tras el anuncio de la devaluación del bolívar.
Además de ese agujero, Telefónica calcula que antes de la devaluación de la moneda, Venezuela contribuía con el 7 por ciento del beneficio operativo antes de amortizaciones de los resultados de la operadora. La cifra aumentaba hasta el 14% si se compara el peso de Venezuela con Latinoamérica. Tras las devaluación de la moneda oficial del país, del 7% total se pasa al 5% y en el caso de los países latinoamericanos del 14% se queda reducido a un 7%.
Para BBVA la devaluación no ha tenido demasiada importancia a priori, ya que las posiciones en dólares de la entidad compensan el impacto de la pérdida de valor de la moneda oficial de Venezuela.
Algo parecido le ocurre a Duro Felguera, otra empresa española con intereses en la zona. Mapfre tampoco ha dado la cifra exacta del impacto de la devaluación, aunque asegura que se compensará con la contribución en otros países latinoamericanos de la zona.