
La crisis económica ha acelerado el hasta ahora lento proceso de concentración de empresas en el sector cerámico, hasta el punto de que las 21 mayores empresas concentran ya el 50,5 por ciento de la facturación, según datos de 2010 analizados por la auditora KPMG.
Según ha explicado el socio responsable de las oficinas de KPMG en Valencia y Alicante, Juan Latorre, hace seis años las 21 mayores empresas representaban el 38 por ciento del sector, en 2009 tenían una cuota del 47,4 por ciento y en 2010 alcanzaron el 50,5 por ciento.
Latorre ha presentado este miércoles el decimoquinto informe anual de KPMG El sector del azulejo en España a través de 21 grandes empresas, un informe que solía aconsejar la concentración de empresas como solución a los problemas del sector, aunque en esta edición la recomendación ha sido la de centrar los esfuerzos en la exportación.
Según Latorre, "el sector de algún modo se está concentrando, ya que hay empresas pequeñas que están trabajando casi en exclusiva para las grandes". Ha explicado que cuando se trata de I+D o de inversiones, una pequeña tiene más problemas porque no tiene dinero, y ha añadido que en Italia -el informe compara los sectores cerámicos de ambos países- también se están produciendo una concentración de la producción.
En cuanto al informe, el sector cerámico español logró invertir la tendencia decreciente en 2010 y las grandes empresas cerraron el ejercicio con beneficios, tras estabilizar su cifra de ventas global gracias al repunte en los mercados exteriores, a los que dedica ya el 70 por ciento de la producción.
Estas empresas alcanzaron una cifra de negocios de 1.285 millones de euros en 2010, lo que supone un incremento del 4,6 por ciento, con una facturación media de 61 millones de euros.
El resultado de explotación mejoró hasta situarse en niveles similares a 2008, con un 6,6 por ciento sobre ventas, mientras el resultado neto fue de 16 millones -con un porcentaje sobre ventas del 1,3 por ciento-, frente a las pérdidas de 29,4 millones de 2009. De las 21 empresas analizadas, siete cerraron 2010 con pérdidas, frente a las once del año anterior.
Además de las exportaciones, el informe destaca que en la mejora de rentabilidad tuvo mucho que ver el ajuste de gastos, especialmente los de personal. Estos gastos disminuyeron un 2,8 por ciento en 2010, mientras que el número de empleados cayó un 1,9 por ciento y el gasto medio de personal por empleado se redujo un 0,9 por ciento. Por consiguiente, los ingresos por empleado aumentaron en torno a un 10 por ciento.
Según Latorre, en el escenario de estancamiento del mercado nacional, el exterior supone la principal oportunidad de negocio y, de hecho, se espera que la exportación crezca en torno a un 8 por ciento y permita mantenerse en cifras globales similares a las de 2010, con incrementos en Oriente Próximo y en países del Este. También prevé que conlleve un aumento de la rentabilidad del sector al concluir su "reconversión".
Apoyo estatal
Latorre ha indicado que la reforma laboral ha llegado "en el último momento" de ese "esfuerzo doloroso" realizado por el sector para adaptar plantillas a la nueva realidad, pero ayudará a completar ese proceso y permitirá que el crecimiento "repercuta automáticamente en mayor creación de empleo", así como "contratar para tres meses" en función de los picos de producción.
En su opinión, en 2012 se podría hablar ya de creación de empleo si repuntan las ventas y las exportaciones mantienen su evolución positiva, puesto que desde KPMG consideran que el mercado nacional "no repuntará en los próximos años", en palabras de Bernardo Vargas, director del estudio y socio de Auditoría de la oficina de Valencia.
Para Vargas, los gastos financieros tampoco mejorarán para las empresas españolas, que deberán asumirán un "precio más alto" por la financiación, lo que supone una clara desventaja respecto a sus competidores italianos, que presentan una evolución similar pero "son capaces de vender mucho mejor", con una diferencia de once a siete euros el metro de azulejo exportado. En 2010, el precio medio subió un 1,8 por ciento en Italia y cayó un 1 por ciento en España.