César Alierta, presidente de Telefónica, ha salido en defensa de Iñaki Urdangarin, ex consejero de una de las filiales internacionales del operador, al asegurar que su "comportamiento y labor ha sido muy positivo para la compañía". Lo ha hecho durante la la junta general de accionistas que la compañía ha celebrado hoy en Madrid.
En las respuesta a los accionistas durante la junta, Alierta también aseguró de forma categórica que la realidad económica del país es mejor que las expectativas que tienen los españoles, de forma que aventuró la recuperación para el próximo año. "Todos los factores objetivos permiten pensar que las previsiones de crecimiento será positivas para el último trimestre, de forma que la recuperación será en 2014".
Presume de resultados
Durante su discurso en este acto, Alierta ha destacado el liderazgo europeo de su compañía en materia de ventas, lo que ha convertido a la sociedad en "la primera operadora europea por ingresos", según desveló en su discurso escrito distribuido en la junta de accionistas. En concreto, la facturación del grupo ascendió a 62.356 millones de euros en 2012, el 0,8% menos que los de 2011.
El directivo también señaló que Telefónica fue durante el año pasado "la empresa que más deuda ha recortado de todas las compañías de telecomunicaciones a nivel mundial". En ese sentido, Alierta dedicó una especial mención a la que consideró "excelente gestión financiera realizada en los últimos 18 años", lo que ha permitido "que recuperemos nuestra flexibilidad financiera en un tiempo récord". Así, "en tan sólo un año hemos reducido nuestra deuda en más de 5.000 millones de euros, situándose a cierre de 2012 en 51.259 millones de euros", lo que situó el ratio de deuda financiera neta sobre Oibda en 2,36 veces, en línea con los objetivos marcados al principio del ejercicio.
Situación económica difícil
En el discurso del presidente, Alierta reconoció que la compañía se ha visto influenciada "por un entorno macroeconómico internacional que durante 2012 no fue especialmente favorable". No obstante, el directivo apuntó la ventaja competitiva que representa para el operador su diversificación geográfica, puesto que el crecimiento "sigue procediendo de las economías emergentes". Así, "mientras que la zona euro se caracterizó por la incertidumbre y la volatilidad de los mercados, en Latinoamérica se disfrutaron repuntes económicos del 3%, con picos del 5% como los protagonizados por Perú y Chile".
En opinión de Alierta, el año pasado resultó "clave" para la empresa ya que se asentaron las bases para la recuperación de la senda de crecimiento, "con una mejora que ya está siendo visible en el año 2013". No obstante, la evolución de la acción de Telefónica registró una rentabilidad negativa del 23,9%, si bien el resto de las operadoras de la zona Euro también registraron descensos significativos que fluctúan entre el 3 y el 60%. La situación viene dando un giro desde el pasado abril, ya que desde entonces los títulos se han revalorizado más del 9%.
Dividendo de 0,75 euros
Como estaba previsto, la junta de accionistas aprobó un dividendo de 0,75 euros por acción para 2013, con una retribución que se realizará en dos entregas. El primero de los pagos se producirá el próximo noviembre, con el pago de 0,35 euros por acción, aplazando para el primer semestre del próximo años los 0,40 euros restantes. También se reeligieron el auditor de cuentas, Ernst & Young, así como diversos consejeros como José María Abril Pérez, José Fernando de Almansa Moreno- Barreda, Eva Castillo Sanz, Luiz Fernando Furlán, Francisco Javier de Paz Mancho y Santiago Fernández Valbuena.
La junta de accionistas también aprobó la modificación y aprobación de un texto refundido de los Estatutos Sociales y la compañía obtuvo el visto bueno de los accionistas para delegar en el Consejo la facultad para emitir obligaciones, bonos y pagarés, además de para formalizar y ejecutar los acuerdos adoptados por la propia Junta General de Accionistas.
La junta transcurrió con normalidad, en un acto que sólo fue interrumpido por un pequeño grupo de accionistas que reclamaba a gritos la readmisión de los empleados despedidos, lo que obligó a Alierta a pedir silencio. "Ustedes que son tan demócratas, respeten la opinión de los demás", dijo,
Intervenciones de los accionistas
Catherina Miller, abogada alemana en representación de la iniciativa Paridad en Acción, denunció la casi total ausencia de las mujeres en los órganos de gobiernos y de dirección de Telefónica. Luis Álvarez, en representación de la asociación de mayores, elogió la actividad del operador en materia de responsabilidad social corporativa.
La controversia prendió tras el discurso del accionista Josep Beljart, en representación de los trabajadores y accionistas de Telefónica, quien preguntó al presidente los motivos por los que la empresa "oculta que no habrá brotes verdes hasta 2020", según documentos internos. También cuestionó los motivos por los que "Telefónica invierte en Noruega por el motivo de que está fuera de la zona euro". Asimismo, el accionista pidió a la compañía transparencia tanto "sobre los paraísos fiscales en los que operan" como sobre los "contratos blindados de la junta directiva". El también accionista Tamames Meller se interesó por la indemnización de Julio Linares y Luis Abril, en un entorno de pérdida de valor de la compañía, para lo que propuso que la retribución extraordinaria de ambos directivos se reintegre en la caja social de Telefónica.
Ángel Carpintero solicitó que el comienzo de la Junta no coincida con la hora de la comida, e instó a los ejecutivos del operador a mejorar la calidad de atención a los clientes. También apuntó que muchos clientes abandonaron la empresa por "despecho", al ver la contratación de Iñaki Urdangarin y Rodrigo Rato. El representante de CGT exigió mejores condiciones laborales para el sector de telemárketing y denunció el nulo compromiso social de la multinacional. Luis Fernando Martín Pérez elogió la actividad de la Fundación Proniño y pidió explicaciones a Alierta sobre el cometido de Wayra. Álvaro Barreiro, delegado sindical, arremetió contra el consejo de administración de Telefónica y manifestó la necesidad de volver a la "empresa pública" como mejor manera de salir de la crisis.