El sistema financiero global está tocado. En la Eurozona se espera un plan radical del BCE para sanear a la banca, con los temores de fondo a sufrir un Lehman. En Reino Unido, las grandes entidades tienen un agujero de 31.500 millones de euros. Pero el mayor problema puede llegar de China, donde crecen los problemas de liquidez, con el Shibor disparado y hoy ha tenido que actuar el banco central. Sin embargo, el propio endurecimiento de su política monetaria es una de las razones tras la creciente desconfianza en el sistema bancario chino.
El Banco Popular de China ha tenido que añadir hoy 50.000 millones de yuanes (8.200 millones de dólares) al sistema financiero después de que los problemas de liquidez disparan los intereses de los préstamos en los mercados monetarios
En concreto, esta cantidad fue inyectada en solo una entidad, aunque hay más bancos en negociaciones con el regulador para recibir dinero, según declaró a Bloomberg el estratega Hao Hong, de Bank of Communications.
El banco central no abre la mano
En concreto, según Hong, las entidades se prestaron a un día con un interés del 5,1% y a una semana del 5,4%, extremo que el banco central no ha querido confirmar a la agencia estadounidense. Esta inyección de capital "es exactamente lo que habría esperado", añadió Wee-Khoon Chong, de Société Générale. "La estabilidad del mercado debe ser siempre la primera prioridad de los reguladores y bancos centrales".
El problema es que la autoridad monetaria se ha negado hasta ahora a ofrecer liquidez a través de las operaciones de mercado abierto, lo que ha obligado a los bancos a pedirse más dinero prestado entre ellos. El banco central está endureciendo su política en el marco de un esfuerzo gubernamental mayor para controlar la inflación, sin embargo, crece la desconfianza en la salud de las entidades.
"Quizá los bancos malinterpretaron la dirección de la política monetaria. Con los datos económicos defraudando y la inflación relativamente baja, muchos en el mercado esperaban que el banco central mantuviera el flujo de liquidez o incluso relajara más la política. Sin embargo, con un gobierno aparentemente más tolerante a un menor crecimiento y preocupado por los riesgos financieros, el Banco Popular parece más dispuesto a mantener un postura prudente", explicó Tao Wang, de UBS.
En este contexto, el Shibor, el equivalente chino del Euribor, se ha disparado a un día en 527 puntos básicos, la mayor subida de su historia, hasta marcar un máximo del 12,85%. Durante el día, la tasa tocó un también otro hitórico con un interés del 30%. El Shibor a una semana, por su parte, se disparó en 270 puntos básicos, hasta un récord del 10,77%.
Dudas sobre el sistema financiero
Los temores sobre las entidades siguen creciendo. Hoy, el Bank of China ha tenido que salir al paso de rumores sobre un posible impago, extremo que ha desmentido. Mientras, un portavoz del ICBC no ha querido comentar sobre la posibilidad de que su banco haya sido el receptor de la liquidez del Banco Popular de China.
"Los movimientos del mercado no es solo por un tema de liquidez sino porque la política monetaria no cambia", explicó Zhou Hao, economista del banco ANZ. "Después del comunicado de ayer de Li, el mercado ve que la restricción crediticia va a durar más. Hasta mediados de julio, la liquidez no va a mejorar significativamente.
Los problemas también se han trasladado a los bonos del gobierno, cuyo rendimiento a 1 año ha subido 61 puntos básicos hasta el 4,05%, máximo histórico.
La negativa a actuar y el calendario
Tao Wang explica que lo ocurrido en China sería "muy alarmante" en una economía más madura, donde los bancos centrales simplemente fijan una tasa de interés a la que dan liquidez. En estos casos, los problemas en los tipos interbancarios solo se disparan si los bancos dudan unos de otros.
En China, explica The Economist, la provisión de liquidez por parte del banco central es mucho más ad hoc, lo que provoca restricciones de crédito ocasionales. En el caso de esta semana, el calendario ha tenido un efecto importante, ya que las empresas pagaron impuestos y los clientes sacaron dinero antes de la festividad del Bote del Dragón, el pasado 10-12 de junio.
Sin embargo, la sorpresa ha venido porque el banco central no ha actuado para acabar esta vez con la restricción de liquidez de las entidades. De hecho, en lugar de imprimir dinero y comprar activos, decidió vender letras el pasado 18 de junio, lo que en efecto supuso una retirada de efectivo del mercado, agravando la situación.
Y es que aunque la cantidad fue pequeña, el mensaje fue muy claro, tal y como explica la revista británica: no se debe esperar ayuda del Banco Popular de China. Y los bancos recogieron el guante, guardándose el dinero y agravando más el credit crunch, lo que a su vez ha provocado la escalada del Shibor.
La estrategia de China
La "dureza" del banco central podría tener un objetivo, que sería "castigar" a algunos de los bancos más pequeños, que hasta ahora se habían beneficiado de los bajos intereses interbancarios para financiar comprar bonos con mayores rendimientos, según el equipo de economistas de Bank of America Merrill.
"El banco central tiene una agenda", explicó en la misma línea Patrick Perret-Green, ex de Citigroup. "Lanza una advertencia masiva a la banca para ver quien está nadando desnudo. Más aún, encaja muy bien con el nuevo enfoque del gobierno".
Los reguladores chinos están forzando a fondos y gestores de patrimonio a cambiar sus carteras e invertir en activos cotizados, ya que quieren que se reduzca el crédito que no fluya a través de los bancos, el denominado shadow banking, según explica Fitch.
Este fin de semana, el diario chino Financial News, respaldado por la propia institución monetaria, publicaba que el Banco Popular no estaba dispuesto a tomar medidas para inyectar liquidez en el mercado interbancario, ya que consideraba que los problemas actuales eran estructurales y los bancos en problemas eran responsables de sí mismos.
En este sentido, aseguraba que fuentes internas del banco central argumentaban que no se quería ayudar a la banca especialmente a aquellos que se habían saltado los límites regulatorios al crédito y ahora tenían problemas ante el endurecimiento de las condiciones crediticias.
Como explica The Economist, la estrategia que ha tomado China para enfriar su economía es "torpe" y puede llevar a que algunos bancos flirteen con el default: provocar un credit crunch para acabar con la expansión crediticia.