
Durante el ciclo expansivo que vivió la economía española entre 1995 y 2007, el PIB creció por encima de la media de la UE, un dato que a simple vista parece muy positivo. Pero según señala Luis Garicano y un informe en el que colaboran el Banco de España y varios economistas relevantes, el PIB español podría haber sido un 20% más grande si la corrupción y el 'capitalismo de amiguetes' no hubieran deteriorado la asignación de los recursos.
En el documento 'Growing like Spain: 1995-2007' varios economistas señalan que España creció de medio un 3,5% entre esos años, una media superior al 2,2% que se registró en la UE. Sin embargo, este crecimiento estuvo basado en la acumulación de factores más que en las ganancias de productividad. El crecimiento de la población y el endeudamiento permitió que la economía creciera en tamaño pero no en eficiencia.
Es más, durante este periodo, la PTF (Productividad Total de los Factores) cayó un 0,7% al año. Es decir, cada vez producíamos más pero necesitábamos más recursos (factor trabajo y capital), España era cada año menos eficiente, los rendimientos de la economía española eran decrecientes.
No sólo la construcción (un sector de escasa productividad y muy intensivo en factor trabajo) fue el culpable de la caída de la PTF en España. En todos los sectores se vio deteriorada la productividad. La causa de este fenómeno casi exclusivo de España dentro de la UE fue la influencia del sector público en todos los sectores. Las pequeñas y medianas empresas, fuentes potenciales de crecimiento e innovación, fueron las grandes perjudicadas de estos lazos de unión entre el sector público y una parte de las empresas del país.
5.000 euros más cada español
Tal y como señala Luis Garicano, catedrático de Economía en la prestigiosa London School of Economics, el capitalismo de amiguetes y la corrupción empeoraron la asignación de los recursos lastrando la productividad total de los factores. Si durante esos años la corrupción y el clientelismo no hubieran afectado a España de una forma tan destacada "el PIB hubiera sido en 2007 un 20% superior, unos 200.000 millones de coste por la mala asignación de recursos derivada de la corrupción: 5.000 euros por español", explica Garicano.
El informe económico citado al comienzo del texto explica que si el nivel de eficiencia hubiera sido estable, el crecimiento de la PTF hubiera sido del 0,8% anual, lo que hubiera permitido un crecimiento del PIB muy superior al visto, además de conservar la competitividad de los bienes y servicios producidos en España.
El informe sentencia que la "productividad acumulada se estancó en España por el intenso crecimiento de la errónea asignación del factor capital y del factor trabajo, que se acumularon en sectores que no correspondían" debido a las decisiones parciales del sector público, que no elegían a las empresas más eficientes, sino a las empresas en las que trabajaba el amigo de, el familiar de o el conocido de.
Esto concluyó en un crecimiento excesivo de empresas poco productivas y poco eficientes que aumentaban su tamaño gracias a los contratos y beneficios que conseguían, y también gracias a la barata financiación existente durante la época. Mientras que otras empresas más eficientes, innovadoras y productivas se quedaban fuera del mercado.
De este modo, Garicano concluye: "¿Cuánto más rica sería España si las licencias fueran a quien lo merece, si los contratos fueran al mejor, si los trabajos no se los llevara el del enchufe?".