
Por cada subida del rating de las compañías relacionadas con el fracking en Estados Unidos, se han producido 3,25 recortes. Es el escenario que dibujan las tres grandes agencias de calificación para el sector en 2015, con una ratio de deterioros de la calificación crediticia nunca vista, que alerta de una situación complicada para el sector.
Si bien es cierto que la extracción de hidrocarburos con la técnica del fracking (fractura hidráulica) sigue siendo rentable en algunas regiones, la mayor parte de los campos de extracción arroja pérdidas con el barril de crudo por debajo de 60 dólares. Los años felices del oro negro en 100 dólares se han acabado y la mayor parte de expertos creen que no volverán en el medio plazo. Esta misma semana, Citi alertó de que el precio del barril podría caer hasta 20 dólares. Este descenso deja un escenario explosivo: precios bajos y deuda alta.
Las agencias de calificación son conscientes de que otras empresas podrían seguir los pasos de WBH Energy, empresa dedicada a la perforación de pozos y que se declaró insolvente al inicio del año. En 2015, las tres grandes, S&P, Moody's y Fitch, han rebajado el rating a 26 compañías estadounidenses, mientras que solo se lo han subido a ocho. Si los flujos de caja se secan porque los costes superan a los ingresos, estas empresas podrían tener problemas. Según el Wall Street Journal, el apalancamiento del sector alcanza el 55%. "Se han cometido excesos y muchos pueden empezar a pagarlo", indican fuentes del mercado.
'Bonos basura'
La mayor parte de las rebajas se centran en emisores que tienen una calificación de alta rentabilidad (bono basura), lo que refleja una mayor desconfianza de las agencias de calificación sobre su capacidad para pagar las deudas. El sector del fracking en el país está muy atomizado y se entremezclan grandes multinacionales con empresas de menor tamaño localizadas geográficamente en pequeñas regiones. En estas compañías es donde se centra el mayor temor de las agencias de rating, y es donde predominan las calificaciones de bono basura. De todas las rebajas del rating que han realizado las agencias este año, el 88% no alcanza el grado de inversión.
El sector del fracking está formado por muchas empresas que no se dedican directamente a la extracción de petróleo o gas, sino que ofrecen servicios complementarios, como la provisión de productos químicos, arenas, transportes o ingeniería. Moody's tiene un temor especial por este perfil de compañías, ya que las productoras sí tienen margen para recortar su producción, pero estas firmas de servicios paralelos apenas tienen capacidad para modificar sus costes.
Si el barril sigue por debajo de 60 dólares, habrá "recortes más drásticos de la inversión, de entre el 30% y el 40%", alerta la agencia y, según sus estimaciones, el precio este año se situará, de media, en 55 dólares. "Creo que van a entrar en problemas empresas pequeñas y empresas de servicios petrolíferos", advierte Rodrigo Villamizar, profesor del IEB y experto en el sector del petróleo.
