
Telefónica eludió ayer un escollo que hasta el momento paralizaba el crecimiento de la multinacional española en Brasil. El regulador de las telecomunicaciones de aquel país, Anatel, aprobó en la reunión del pasado lunes la adquisición de la compañía Global Village Telecom (GVT) por parte de Telefónica Vivo. Esa decisión insufla nuevas fuerzas al grupo español, comprometido en liderar el mercado de las telecomunicaciones integradas en Brasil.
La aventura comenzó el pasado 19 de septiembre, cuando Telefónica y Vivendi (propietario de GVT) firmaron un acuerdo de compraventa a cambio de un desembolso en efectivo de 4.663 millones de euros, junto con la transferencia del 12% del capital social de la compañía resultante tras la integración de GVT en Telefónica Brasil.
Además, Vivendi también aceptó la adquisición de 1.110 millones de acciones ordinarias de Telecom Italia, hasta el momento en manos de Telefónica, a cambio de otro 4,5% del operador líder de las telecomunicaciones integradas de Brasil.
La estrategia de la multinacional que preside César Alierta consiste en replicar en sus principales mercados la doctrina que desde hace años aplica en España: integrar bajo una única factura los diferentes servicios de telecomunicaciones (telefonía móvil, fija, acceso a Internet y televisión de pago).
Telefónica no esperaba especiales dificultades para integrar el negocio de GVT en el operador de móvil con mayor número de accesos de aquel país. De hecho, la suma de ambas compañías eleva la cifra por encima de los 100 millones de accesos, a cierta distancia de sus inmediatos perseguidores: Claro (96,5 millones) y Oi (75,5 millones). El grupo resultante también será el primero del escalafón en cuanto a ingresos, con cerca de 14.000 millones de euros, frente a los 11.670 millones de Claro o los 9.992 millones de Oi.
Según explican fuentes de Telefónica, el visto bueno de Anatel a la compra de GVT "pone de manifiesto que el resultado de la misma será beneficioso para el mercado brasileño en términos técnicos, de mercado y competencia, ya que las operaciones de ambas compañías son complementarias, por lo que la operación supondrá el nacimiento de un nuevo competidor nacional de entidad, caracterizado por la innovación en soluciones técnicas y la robustez financiera y de gestión".
De la misma forma, la futura integración "permite crear las condiciones para la expansión de la infraestructura de telecomunicaciones, particularmente de la oferta de banda ancha, y supone reafirmar el compromiso de Telefónica con Brasil", añaden.
"Está previsto que el pago en efectivo de la operación se financie a través de una ampliación de capital en Telefónica Brasil, en la que participará Telefónica mediante otra ampliación destinada a cubrir el desembolso por la parte proporcional correspondiente a su participación del 74% en su filial brasileña", explican.