Firmas

Dinero por promesas

  • El BCE ha decidido penalizar los depósitos de los bancos privados

Para entender los problemas actuales de la deuda pública (DP) y de la emisión de dinero es necesario hacer un poco de historia. El dinero moderno es una solución logística a la custodia y transmisión del efectivo. Los orfebres comenzaron a aceptar guardar en sus cajas monedas de terceros a los que entregaban un certificado de depósito (CD).

Los depositantes pagaban por este servicio, igual que hoy. Así surge el papel moneda como sustitutivo del efectivo, puesto que los CD eran transmisibles. Posteriormente aparece el crédito: los orfebres empezaron a entregar CD sin previo depósito en efectivo, a cambio del compromiso por parte del receptor de restituir el metal pagando un interés. El gran beneficiario de estos CD a cambio de promesas fue el Estado. Los orfebres comenzaron a tener, por un lado, un derecho de cobro a largo plazo y, por el otro, una obligación a la vista. El sistema funcionaría si no todos los tenedores de CD se presentaban a la vez, puesto que el proceso había multiplicado el dinero en circulación, los CD que actuarían como medios de pago, a partir de una pequeña base monetaria metálica.

A menor proporción entre el metal que tenían y los CD emitidos, los beneficios eran mayores, por los intereses del crédito concedido (promesas recibidas) y los riesgos también. Por un lado el de no cobrar dichos créditos y tener que restituir de sus patrimonios el quebranto sufrido (solvencia); por otro, el de no llegar a atender las retiradas en efectivo de los tenedores de CD (liquidez). La solución a esta tensión permanente fue declarar que los CD emitidos por determinados banqueros eran, por ley, tan buenos como el oro y que había la obligación de aceptarlos en pago de las deudas, que el que los entregaba no estaba obligado a más y que el que los recibía debía darse por satisfecho. Es el origen del llamado derecho de emisión.

Emisores

A continuación, los emisores se unieron dentro de cada territorio: recibían DP del Estado y emitían pasivos a la vista que este último utilizaba en pago de sus adquisiciones, con lo que terminaban en manos del público. Después, los estados los nacionalizaron dando lugar a los bancos centrales (BC). Los bancos privados no emisores pasaron a serlo indirectamente, como distribuidores del dinero emitido por el BC, y crearon nuevos pasivos a la vista, ahora en forma de cuentas corrientes con el respaldo de los billetes del BC. En nuestro caso, el BCE crea dinero mediante la compra de bonos. Ese dinero se multiplica, a su vez, por la capacidad de los bancos de prestar casi todo el mismo cuando lo reciben, efectivo que vuelven a recibir del beneficiario del crédito (o del que lo recibe del beneficiario) y que vuelven a prestar y así hasta que (multiplicador monetario) ese efectivo de nueva emisión es igual a la proporción que han de mantener en caja (coeficiente de caja). Para asumir los riesgos de la inversión (de cobro, de desvalorización?) los bancos no financian todo lo que adquieren con fondos a cuya restitución están obligados, sino que cuentan con una proporción procedente de inversores y accionistas (coeficiente de recursos propios o RP) que están dispuestos a asumir las pérdidas.

Actualmente los tipos de interés están en mínimos históricos por la puesta masiva en circulación de dinero por parte del BCE a cambio de la compra de bonos públicos y préstamos a bancos. Sin embargo, la banca no canaliza ese dinero al sector privado sino a la DP. La razón está en que la elección de las inversiones depende de cuáles exigen una mayor o menor tenencia de RP, en función de los riesgos asumidos.

La normativa aun considera que la DP en euros de los estados de la eurozona no tiene riesgo (como si pudieran imprimir para pagar) mientras que los créditos dados a privados sí, razón por la que para la primera no exige RP, aunque sí para los segundos. A esto se le une que la actual legislación es ahora más dura: una ratio mayor de RP. Así, las entidades o se dotan con más RP o soportan menos exigencias de los mismos y la DP se convierte en un buen aliado de la banca para cumplir con la norma. No obstante, tales compras de DP por las entidades tiene su límite: hasta que los tipos de la misma son muy bajos. Sin embargo eso no anima a dar crédito a los privados si la incertidumbre es muy alta. Motivo por el cual, los bancos terminan por atesorar liquidez en el BCE aunque les genere pérdida por la diferencia con el tipo al que se endeuden con dicho BCE. Lo mismo que hace un deudor hipotecario actual que no amortiza anticipadamente aunque tenga liquidez.

Ahora el BCE ha optado por penalizar los depósitos de los bancos privados, en la esperanza de que presten. Sin embargo, estos han preferido comprar de nuevo DP incluso a tipos negativos, pero no tanto como el coste de mantenimiento de dichos depósitos. Draghi anuncia nuevas medidas? ¿Cómo acabarán?

Rubén Manso Olivar, Monsolivar & IAX

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