
Los expertos que acudieron al encuentro de KPMG-El Economista mostraron una percepción en general optimista acerca de la evolución de la entrada de inversión extranjera en España en los próximos meses. Según el Informe sobre las Inversiones en el Mundo 2014 de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (Unctad) de junio, España recibió alrededor de 28.770 millones en 2013, frente a los 19.100 millones que salieron del territorio nacional, con lo que la balanza arrojó un superávit de alrededor de 9.600 millones de euros.
Las cifras registradas alzaron a España al noveno puesto en el ranking mundial de inversión extranjera directa recibida, al primero de Europa, y la ubican como la tercera economía desarrollada tras Estados Unidos, Canadá y Australia. La mejora en la percepción del país se encuentra detrás de esta recuperación y permite prever, teniendo en cuenta la mejoría paulatina de los principales indicadores macroeconómicos de los últimos meses, la continuación de la senda positiva.
Es la impresión del panel de El Ecómetro sobre inversión extranjera, compuesto por el profesor de Economía del IESE Javier Díaz-Giménez; el profesor del IEB, Miguel Ángel Bernal; el director de SIfdi, Andrés García Martín; el profesor del Centro de Estudios Financieros, Juan Fernando Robles; el coordinador del grupo de Instrumentos Financieros en el Club de Exportadores e Inversores, José Manuel Reyero; y el socio responsable de Transactions and Restructuring de KPMG en España, Ignacio Faus.
Difícil superar 2013
Los expertos coincidieron en que la tendencia se mantendrá estable aunque será difícil superar las cifras de 2013. A pesar de ello, el segundo semestre podría traer operaciones cuantiosas. Miguel Ángel Bernal augura un "muy buen año" para 2014, un período en el que "España volverá a estar en el top 10" y probablemente a liderar la recepción de inversión directa en Europa. Con las líneas de liquidez del Banco Central Europeo, 2014 y 2015 están garantizados, pero después la empresa española tiene que afrontar el gran reto de salir a los mercados financieros exteriores. "Mis grandes dudas surgen a partir de 2016 puesto que la única forma de que España tenga interés se llamará déficit público, creación de valor mediante PIB", añade.
José Manuel Reyero también se muestra optimista. "La inversión extranjera nos va a condicionar positivamente el futuro". Subraya que, a pesar de la crisis, España presenta algunas características como mercado que no hay que perder de vista: es un país de la Unión Europea, con 45 millones de habitantes (por lo que tiene un mercado asegurado), con un sistema jurídico que funciona y gran estabilidad institucional" remarcó, a lo que se une un clima favorable a la llegada de inversiones extranjeras.
Ignacio Faus coincide en la mejoría en la percepción del inversor: "Hoy se tiene la impresión de que España es un destino interesante respecto al retorno potencial de la inversión". Según expuso, "la tasa de crecimiento de España supera la de muchos países de Europa, existe una demanda interna en aumento, el país ha ganado atractivo tras las reformas y tiene mejores expectativas respecto al potencial de la economía".
Por su parte, Andrés García, de Sifdi, resume así el actual contexto español: "Los tres determinantes de la inversión directa son el marco general de la política de inversiones, los determinantes económicos de la inversión y la facilitación de negocio. Las infraestructuras son adecuadas, pero si España pretende lograr un buen posicionamiento en ámbitos como la distribución, necesita infraestructuras como el Corredor Mediterráneo y unos puertos fuertes que sirvan de conexión entre África y Latinoamérica".
También Díaz-Giménez manifiesta una percepción algo más crítica en cuanto a la evolución del clima económico en España. "El pronóstico a corto plazo es algo mejor para España que para Italia o Francia, pero es probable que haya nuevas dudas sobre el euro. También existen incertidumbres sobre la disponibilidad de liquidez global y eso modificará la disponibilidad de fondos. No creo que el destino de la balanza de pagos española sea tener superávit, lo lógico es que haya un déficit, pero pequeño", aseveró.
No sólo 'value investors'
En cuanto al tipo de inversores, Bernal apunta que los que actualmente están operando en España son fundamentalmente inversores de valor, que buscan la oportunidad y buenos precios. Al respecto, Ignacio Faus matizó que están llegando otro tipo de jugadores a España. "Los últimos dos años han estado dominados fundamentalmente por los value investors, pero los precios se han estabilizado y la percepción respecto a España y la Europa periférica ha mejorado.
"Ahora existe cierta dicotomía en el mercado: algunos sectores aún necesitan reestructurarse, y es donde vamos a seguir viendo de forma activa ese inversor de valor o más enfocado en compañías en reestructuración, pero existen otros dos tipos de inversores. Por un lado, está el inversor estratégico industrial que va buscando, en ocasiones, plataformas de crecimiento en Europa en sectores como transporte o alimentación; por el otro, inversores non-distressed que buscan activos de calidad media-alta que están empezando a salir al mercado y en los que interesa estar a largo plazo", asegura. Faus destaca también un creciente interés por parte de fondos que hacía tiempo que no acudían a España y cuyos comités de inversiones están empezando a considerar el país como prioritario. Algo en lo que se mostró de acuerdo Andrés García, que alude a esta tendencia entre los fondos soberanos, que cuentan con amplias reservas.
Pero si los expertos confían en que el tipo de inversor está cambiando también creen que lo está haciendo el modelo de inversión.
Miguel Ángel Bernal estima que comenzará a desarrollarse lo que se ha denominado shadow banking, a través de fondos de capital riesgo, capital semilla o venture capital. "Se estima que existen alrededor de 160.000 millones de dólares (unos 122.000 millones de euros) para invertir en España vía shadow banking, o inversiones alternativas al canal bancario (MAB, MARF, etc.)", aclaró.
En este sentido, Faus subrayó que las compañías no pueden depender únicamente de la financiación bancaria (que supone en torno al 80 o 90% del total). No en vano, cree que disminuirá esta dependencia. Además, "han de diversificar geográficamente su actividad, pues, para conseguir crecimientos diferenciales, hay que acudir fuera de España y la empresa española está bien capacitada para competir". Bernal también instó a la empresa española a salir fuera. "No puede haber una empresa mediana cuyo 95 por ciento de facturación esté centrada en un solo mercado", afirmó.
Para Javier Díaz-Giménez, "las empresas españolas ya han encontrado el camino al exterior y van a continuar por esa vía. Los problemas de financiación ya han sido resueltos, pues, o bien las empresas han encontrado vías alternativas, o bien eran empresas no viables".
Inversión foránea en 2014
La visión general de los expertos de El Ecómetro KPMG-El Economista es de estabilidad para el cierre del presente ejercicio. García augura que las cifras de 2014 se quedarán en niveles similares a los de 2013. Faus coincide en que, como mucho, se alcanzarán cifras parecidas gracias a que comenzarán a reactivarse antes de final de año transacciones que han estado paradas. "La sensación va a ser de que el nivel de actividad en España es más alto, aunque probablemente no se llegue a la cifra del pasado año. Más allá de los números, el nivel de actividad es alto, y la cantidad de inversores mirando hacia España también", destacó.
No obstante, el profesor Juan Fernando Robles no ve tan claro que "se llegue al récord del pasado año, pues hasta marzo los datos no han sido muy positivos". Para Robles, las cifras se aproximarán a las de 2011. "Este año irá peor en cuanto a cifra neta y, en cuanto a saldo, mantengo dudas, pues España es un país también muy inversor y el crecimiento de las importaciones es grande", apuntó. "También es destacable que los flujos de inversión en el mundo no han sido excesivamente grandes".
De hecho, las proyecciones de la Unctad apuntan a un alza de los flujos mundiales de inversión extranjera directa (IED) hasta un total de 1,6 billones de dólares en 2014 (1,2 billones de euros) 1,75 billones de dólares (1,33 billones de euros) en 2015 y 1,85 billones de dólares en 2016 (1,4 billones de euros), impulsado principalmente por las inversiones en las economías desarrolladas.
En lo tocante a los sectores que se beneficiarán de los buenos datos de inversión extranjera en España, Bernal apuesta por el sector inmobiliario, las utilities y la construcción. Díaz-Giménez prevé que la mayoría de operaciones irán a energía y banca, en este último sector en forma de fusiones ante "una situación en Europa en la que sobran entidades y hay una reestructuración pendiente". Faus coincide: "Habrá operaciones en el sector financiero, aunque no necesariamente internacionales". Añade que esperaría participaciones en entidades de tamaño medio, operaciones de control y también de concentración. Además, hizo hincapié en las infraestructuras en sentido amplio, incluyendo energéticas, e inmobiliario. "También habrá operaciones en el consumo, algo impensable hace 18 meses", dijo Faus.
Juan Fernando Robles suma otras dos áreas productivas: industrial y logística, mientras que Andrés García mostró interés en las operaciones relativas a los sectores manufacturero e industrial, "porque aunque en volúmenes de inversión probablemente estén lejos de las anteriores, su impacto en empleo suele ser mayor".