
El candidato socialdemócrata ya ha entrado en precampaña electoral. Martin Schulz lo tendrá realmente difícil para arrebatar la cancillería a una Angela Merkel más poderosa que nunca, que le saca ya más de doce puntos de ventaja en las encuestas.
A menos de dos meses de elecciones federales, los socios de gobierno (y ahora rivales electorales) lucharán por el primer puesto en una cita para la que se esperan pocas sorpresas.
Recientemente Martin Schulz declaró en el periódico Bild am Sonntag que quiere que los refugiados sean uno de los temas más importantes en la pugna de los comicios. El SPD vira ahora su estrategia para tratar de evidenciar que Merkel está obviando el tema de los asilados antes de su cita con las urnas.
También proponen una serie de sanciones a los países europeos que no quieran comprometerse a cumplir la cuota de acogida que acordaron (entre los que estaría, actualmente, España, ya que sólo ha acogido a 1.488 de los 17.000 a los que se comprometió).
Reseñan que, si no se cumple con el reparto de refugiados, se corre el peligro de que ocurra lo mismo que a finales de 2015, cuando entraron en Alemania más de 800.000 solicitantes de asilo y comenzó lo que se conoce como "crisis de los refugiados".
Esto supuso una pérdida de popularidad acusada de Angela Merkel en detrimento de la extrema derecha (AfD), cada vez más en auge. También,le valió una crisis con su partido en coalición, los bávaros CSU. El líder del partido sureño habló entonces de establecer una frontera anual de 200.000 refugiados, medida que nunca llegó a materializarse y de la que CDU y CSU huyen ante los próximos comicios.
Sin embargo, el SPD siempre ha sido, en sus propias palabras, favorable a la acogida de asilados pero quería establecer un límite para que "la acogida se pueda realizar en condiciones y se puedan integrar convenientemente", según declaró su anterior líder, el vicecanciller y ahora ministro de exteriores, Sigmar Gabriel. Tampoco le pusieron pegas al acuerdo de los refugiados de la Unión Europea con Turquía, que ha hecho descender sensiblemente el número de llegadas a Alemania y por el que Merkel ha conseguido la paz con sus socios de Baviera y recuperar su popularidad.
La habilidad de Angela Merkel por desestabilizar a sus rivales políticos tomando medidas inesperadas, como permitir la votación del matrimonio igualitario, que finalmente salió adelante a propuesta de los socialdemócratas, es innegable.
Su carrera hacia una nueva cancillería no ostentará, salvo sorpresa, muchas dificultades, pero como el SPD siga descendiendo, puede pactar incluso con los liberales, como ya hizo en Renania del Norte-Westfalia y sacar a los de Schulz del gobierno.