Indices Mundiales

Los errores habituales en las tendencias alcistas

Tercera y última parte de nuestra serie sobre 'cómo incorporarse en una tendencia en marcha'. Hay que entrar en el momento adecuado -como siempre en cualquier tendencia- y en los valores adecuados, muchas veces hay que soportar pérdidas a corto plazo y también hay que saber cuándo merece la pena aguantar esas pérdidas y cuándo no.

Que el entorno de la bolsa como lo actual es lo más fácil para el inversor, porque basta con sentarse sobre la cartera y esperar que suba, es una de las mayores falacias que circulan en el mercado, propia de la trasnochada visión del 'comprar y mantener' y del 'a largo plazo, siempre se gana'. En realidad es mucho más complicado: hay que entrar en el momento adecuado -como siempre en cualquier tendencia- y en los valores adecuados, muchas veces hay que soportar pérdidas a corto plazo y también hay que saber cuándo merece la pena aguantar esas pérdidas y cuándo no.

Los problemas suelen venir cuando el inversor no se ha incorporado a tiempo a la tendencia. Si un inversor no ha entrado a tiempo en un índice o en un valor, lo habitual es que espere una corrección para hacerlo.

Pero cuando una tendencia es fuerte, es habitual que esa corrección no llegue nunca, con lo que el inversor se pone nervioso por la ganancia que se está perdiendo. Harto de esperar una caída, es muy frecuente que acabe comprando en el peor momento, es decir, en el pánico comprador con el que finaliza el tramo alcista. Y entonces sí llega la corrección y esas posiciones tomadas en el techo tienen que soportar pérdidas durante un tiempo.

A veces sí llega esa corrección, pero entonces otro error frecuente es que el inversor decide seguir esperando para comprar todavía más abajo. Pero cuando un valor o índice está en tendencia, casi nunca llega a caer hasta el soporte; y si lo hace puede ser una señal de debilidad que indique que el movimiento alcista se ha terminado, al menos durante un tiempo.

Por tanto, suele ocurrir que, o bien el inversor tampoco logra entrar a buen precio por esperar un precio mejor todavía, y se le escapa de nuevo al alza; o bien que acaba comprando cuando el resto del mundo ha decidido vender y la caída continúa por debajo de su precio. Y luego vende por miedo a que la posición acumule fuertes pérdidas.

Todos estos errores son inevitables muchas veces, y todo el mundo que invierte activamente en el mercado ha incurrido en alguno de ellos de vez en cuando (y el que lo niegue, miente). Aunque no siempre son efectivas, existen algunas actitudes que ayudan a evitarlos y, sobre todo, a minimizar sus perjuicios.

- Hacer las cosas en su momento: en Bolságora siempre decimos que sólo hay oportunidades claras en el mercado dos o tres veces al año, por lo que hay que aprovecharlas antes de que pasen de largo. Esperar a ver si una señal de compra o de venta tiene continuidad suele salir mal, porque hay que incorporarse tarde y se incurre en los problemas que hemos descrito. Claro que, con esta actitud, se corre el riesgo de entrar en movimientos que luego resultan falsos. No hay más remedio que asumirlo, para eso están los stops. Pero a cambio de tener que cancelar posiciones con ligeras pérdidas dos, tres o cuatro veces, nos aseguramos que estaremos dentro cuando llegue la buena. Y entonces sí nos podremos echar a descansar mientras nuestra cartera se revaloriza de verdad.

- Las señales las da el mercado: que un valor haya subido o bajado mucho no significa que sea una buena inversión. Para saber cuándo entrar hay que estar atento a las señales que da el mercado; un valor que ha subido mucho en los últimos meses puede dar una señal de compra clara y ser una excelente oportunidad, o viceversa. Lo importante siempre es comparar el potencial de ganancia con el de pérdida, definida por la lejanía de los stops loss.

- Elegir bien en qué se entra: si uno se ha perdido el arranque de un movimiento, no debe entrar en los índices o valores que lo han liderado, porque corre el riesgo de llegar tarde, de comprar en el techo, etc. Y lo más importante: el stop suele estar demasiado lejos y no habrá otro más cercano hasta que no haya una corrección. Pero siempre hay oportunidades en cualquier momento del mercado, valores o índices que se han quedado rezagados, que tienen el stop más cerca porque han corregido o que dan nuevas señales de compra.

- Si uno es agresivo para vender, debe serlo para comprar: respecto al último de los problemas que hemos explicado, el de vender en cuanto un valor o índice llega a una resistencia o empieza a corregir, no es que sea una práctica desaconsejable; de hecho, es muy prudente para asegurar un beneficio en un momento de riesgo de perderlo. Pero si uno tiene una actitud agresiva para tomar beneficios, también debe tenerla para reincorporarse; es decir, ha de estar dispuesto a volver a entrar a un precio más alto si la corrección -como es muy frecuente en tendencias claras- no continúa y el activo vuelve a subir con fuerza. Si uno no está dispuesto a correr el riesgo de tener que comprar peor, es mejor que tampoco tome beneficios. Como saben, la mejor política en una tendencia clara es dejar correr el beneficio, y eso implica muchas veces aguantar caídas puntuales (siempre que esas caídas no perfores stops que pongan en duda la tendencia, claro).

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