
El semanario británico ha lanzado una propuesta para que el gobierno cuadre sus cuentas: dejar de pagar las pensiones públicas a los ciudadanos ricos. Reino Unido crece vigorosamente pero el Gobierno no consigue recortar el déficit, que llega al 5,3% superando a Grecia, Francia o Italia. El empleo que se está creando es de salarios bajos, lo que afecta a los ingresos impositivos. Y mientras, la deuda sigue creciendo y roza el 100% del PIB. Los trabajadores jóvenes en Reino Unido viven peor que los pensionistas.
Esta situación hace que los recortes planteados sean inecesariamente duros en partidas presupuestarias que van destinadas a la inversión productiva, lo que afectará a la economía del futuro. Es por eso que The Economist propone que en vez de "masacrar los servicios públicos o el Estado del bienestar" se recorten las pensiones estatales públicas, que han crecido un 14% desde 2010.
En Reino Unido la pensión estatal para ricos y pobres es la misma. Su nombre es 'Basic State Pension' y provee al perceptor de esta renta diferida de unas 115 libras a la semana. Pero esta pensión se complementa con el esquema de pensiones obligatorio que se obtiene al firmar un contrato de trabajo. Y las rentas que se desprenden de este segundo sistema varían en función del tamaño del salario.
El Gobierno les paga las vacaciones
Lo que plantea la publicación británica es dejar al 20% de los jubilados con mayores ingresos sin esa 'Basic State Pensión', ya que The Economist apunta que el Gobierno "les paga las vacaciones y los alquileres para jugar al golf" a esos jubilados de clase alta.
Esta decisión significaría un ahorro de 18.000 millones de libras para las arcas británicas en 2020. El gasto gubernamental en pensiones estatales se incrementa cada año de forma considerable, ya que la revalorización está fijada por el denominado triple-lock: las pensiones deben subir lo mismo que los salarios, el IPC o un 2,5%, el que sea mayor, lo que a largo plazo puede ser un problema.
"Los problemas fiscales del Reino Unido son en parte culpa de unos gastos excesivos para cubrir de forma muy generosa las necesidades de la tercera edad", señala The Economist. El semanario apunta claramente que el argumento que dice que recortar las pensiones es injusto porque los pensionistas ya han pagado impuestos antes "es un mito".
Y es que como todos los sistemas de reparto, los encargados de pagar las pensiones públicas son los trabajadores que se encuentran en ese momento empleados, es decir, que las rentas que recibe el jubilado provienen de los ingresos que están generando los ocupados (población activa con empleo), pudiendo generar así algunas situaciones un tanto curiosas.
Anomalía: trabajador pobre paga a jubilado rico
Por eso anima a plantearse esta "anomalía" de que un trabajador con escasos ingresos esté aportando su contribución a la Seguridad Social para pagar la pensión pública a un jubilado que ya de por sí cuenta con unos ingresos y un patrimonio muy elevados.
Además, recuerda que las pensiones son comparativamente mucho mayores que los subsidios por desempleo, lo que unido a los anclajes que hacen que siempre suban las pensiones, implica que cada vez hay más parte de la recaudación que va directa a la tercera edad, independientemente de los ingresos.