
Los años del boom económico en España en la última década del siglo XX y en los primeros años del siglo XXI pusieron en todos los horizontes de la geografía nacional una infinidad de grúas y andamios con los que se levantaron una interminable lista de proyectos inmobiliarios. Más noticias en el suplemento gratuito elEconomista Franquicias y Emprendedores
Proyectos que en miles de casos trajeron consigo la aparición de nuevas ciudades enteras y repletas de viviendas, donde las agencias inmobiliarias encontraron el perfecto caldo de cultivo para crecer y reproducirse, casi siempre bajo el sistema de franquicias.
Sin embargo, la alegría con la que estas agencias proliferaron a lo largo y ancho del territorio nacional, tanto en las grandes ciudades como en las capitales de provincia, los municipios costeros o los pueblos de montaña, no fue eterna, como tampoco lo fueron en consecuencia sus buenos resultados.
Efectos de la crisis
La crisis financiera internacional y la hecatombe económica nacional cortó de raíz sus planes y borró de un plumazo los sueños expansionistas de los constructores, y las constructoras, que en muchos casos se vieron abocados a dejar a la mitad proyectos ya empezados de los que todavía hoy se pueden ver los esqueletos. No fueron los únicos.
La escasez del crédito junto al desplome de las cifras de empleo, la rápida e imparable escalada de la prima de riesgo, la desconfianza en la economía y la obligada prudencia a la que han tenido que someterse durante años millones de ciudadanos echó al traste el negocio de esas agencias inmobiliarias.
Agencias que hasta entonces habían sido testigos de cómo muchos españoles, y también extranjeros, animados por las vacas gordas decidieron cambiar de casa, vendiendo y comprando y... en muchos casos vuelta a empezar.
Todo aquel castillo que resultó ser de naipes y que se vino abajo en pocos meses aún no ha conseguido levantar cabeza y aunque algunos expertos del sector consultados por esta publicación señalan que lo peor ya ha pasado, lo cierto es que las agencias inmobiliarias acumulan años de caídas en todas sus variables: establecimientos, empleos y facturación.
Número de redes
Sólo el número de redes se salva de esa quema, según los datos extraídos de la Agencia Española de Franquiciadores que revelan que entre 2012 y 2013 dicho número se incrementó en una unidad, pasando de las 19 de hace dos años a las 20 con las que el sector consiguió cerrar 2013.
Una ligerísima mejoría que podría ser la antesala de un repunte más notable en el sector. Y es que aunque aún es pronto para dar cifras concretas de cómo cerrará el gremio de las agencias inmobiliarias el presente ejercicio, distintas fuentes del sector coinciden en que el balance del año será bueno en comparación con el pasado.
Un ejercicio en el que las franquicias del sector inmobiliario experimentaron una nueva caída de todas sus magnitudes.
Cierre de oficinas
Así, la cantidad de establecimiento se vio mermada en 124 unidades, al pasar de 934 oficinas en 2012 a 810 en 2013, siendo las franquicias las más perjudicadas frente a los establecimientos propios de las marcas. Y es que mientras las primeras echaron el cierre a 120, los segundos sólo vieron desaparecer cuatro de sus unidades.
Ese cierre de oficinas se tradujo inevitablemente en una pérdida de empleos en el sector que pasó de los 2.569 efectivos de 2012 a 2.289 al cierre del último años. En total, 280 personas que trabajaban en este gremio perdieron sus empleos.
De ese total, 271 trabajadores habían estado vinculados contractualmente a oficinas inmobiliarias operando en regimen de franquicia y los nueve restantes a agencias pertenecientes a sus matrices.
La pérdida de oficinas y de fuerza de ventas, por la eliminación de esos 280 puestos de trabajo, también se dejó sentir en la facturación de este sector que a cierre de 2013 sumaba unas ventas de 169 millones de euros, lo que supone 16 millones de euros menos que los registrados al término de 2012. En esta ocasión también fueron las franquicias las que sufrieron la práctica totalidad de esta caída de ventas.
Apuesta por la franquicia
Pese a estos datos, muchas de las enseñas inmobiliarias que en su día apostaron por la franquicia para crecer han sabido llevar sus negocios hacia nuevos horizontes en los que es más habitual encontrar compradores. China es el mejor ejemplo de esos nuevos destinos. Y es que la compra de un inmueble en España puede llegar a dar a los ciudadanos del gigante asiático el permiso para residir en nuestro país.
De ahí que algunas de las firmas del sector estén tendiendo puentes entre España y China, como es el caso de Look & Find, tal y como explicamos en el número de julio de esta revista.
Independientemente de esa salida, el sector inmobiliario ha sido uno de los más afectados por la crisis nacional e internacional y junto a él se han venido abajo otros que estaban con él directamente relacionados, como el del mobiliario y el hogar.
Sin embargo, éstos han sido prácticamente los últimos. El sistema de franquicia en España ha salido casi siempre reforzado entre los años 2008 y 2013, los de la crisis. En ese periodo, en términos generales el número de redes se ha incrementado en un 24% -pasando de 875 en 2008 a 1.087 en 2013-, el número de establecimientos ha crecido -al pasar de 58.305 a 59.131 en el mismo periodo- y el número de empleos, lejos de caer, ha aumentado en un 2,6%.