
La franquicia es un gran filón para fomentar la empleabilidad en nuestro país, pero en ningún caso es la solución definitiva, ni siquiera se acerca a ello y además resultaría muy peligroso asignarle ese papel. El sistema de franquicia no deja ser un modelo de emprendimiento tremendamente flexible y como tal requiere unas premisas básicas que no deben vulnerarse en ningún momento. Descargue gratis la revista de Franquicias.
La primera de ellas es precisamente la relacionada con el perfil; hay que tener muy presente que no todo el mundo vale para franquiciado, y esto es algo que no tiene nada que ver con la capacidad de inversión, ya que por muy barata o low-cost que sea una franquicia , no quiere decir que no requiera al frente de un empresario, y es que no se puede ser franquiciado sin tener perfil empresarial.
Bien es verdad que, hay muchas más personas con perfil empresarial de las que hay en estos momentos emprendiendo negocios -también lo contrario-; sin ánimo de sentar cátedra ni de ser dogmático, la capacidad empresarial se mide por la aversión al riesgo, por la capacidad resolutiva y por las habilidades organizativas, con mayor o menor protagonismo de estas características en función del tipo de negocio.
Visión de mercado
A estos elementos uniría uno más, la visión de mercado, pero en el caso de la franquicia no es tan necesaria esta cualidad, es una de las ventajas de este sistema. Alguien ha tenido la visión y la ha desarrollado y a través de su modelo la pone a disposición de los demás, pero para gestionarla se requiere igualmente de un empresario al frente. La aversión al riesgo también viene matizada; integrarse en una franquicia es hacerlo en un negocio que ya ha sido probado, por lo que se reduce la posibilidad de fracaso, pero nunca se elimina por completo.
Simplificando al máximo lo primero que es necesario transmitir es que no todo el mundo puede ser empresario, de la misma manera que no todo el mundo puede ser tenista o comercial. Y por lo tanto, no todos los desempleados pueden encontrar en la franquicia la solución a sus problemas, sólo aquéllos que tengan perfil y vocación empresarial, incluso cuando el modelo de franquicia sea de autoempleo.
'Tres P'
Teniendo esto claro podemos marcar las pautas sobre las que la franquicia puede ser una alternativa para este tipo de personas. Estas pautas las resumimos desde lo que denominamos el análisis de las 3 P:
Perfil Personal: Lo primero que tengo que tener en cuenta, es aquello que me gusta, no fijarme únicamente en los números y en la rentabilidad. Es difícil ganarse bien la vida sin hacer algo en lo que no pones pasión y para eso te tiene que llenar la actividad a la que te quieres dedicar.
Perfil Profesional: Una vez que tienes claras las actividades que te gustan, debes ser muy crítico y analizar tu perfil y saber en cuales destacas. En definitiva, saber para qué vales. ¿eres un excelente comercial? ¿un organizador? ¿eres un buen técnico en alguna disciplina concreta? ¿tienes experiencia en alguno o varios sectores?
Perfil Patrimonial: Teniendo claro lo que me gusta y aquello para lo que valgo, ya sólo queda saber con detalle mi capacidad de inversión, el dinero disponible que tengo y la capacidad de endeudamiento que puedo acometer.
Este análisis nos marcará el camino más adecuado para que cualquier persona pueda optar a auto-emplearse a través de la franquicia . Deberá hacerse de una manera realista y evitando el autoengaño y la sobrevaloración, que sólo conducen al fracaso.
Proceso de búsqueda
Después del análisis empieza el proceso de búsqueda y selección de las mejores opciones, donde las recomendaciones serían, no centrarse en el análisis de más de tres opciones de negocio en paralelo, no dar por bueno ningún planteamiento y generar escenarios propios, cotejar toda la información con expertos y con otros franquiciados, no tomar una decisión emocional y no alargar el proceso de toma de decisión más allá de cuatro meses.
No obstante todo lo comentado que se centra en la auto-empleabilidad mediante la integración en una franquicia , a través de este sistema sí se abre una posibilidad exponencial de crecimiento de la empleabilidad a través de la franquicia , la de aquellos formatos de negocio que proporcionan empleo a varias personas, no sólo al franquiciado inversor.
La media de trabajadores por unidad franquiciada se sitúa ligeramente por encima de cuatro, lo que significa que cada franquiciado que se implanta, genera, además del suyo -siempre que trabaje en el negocio-, tres empleos más.
Creación de autoempleo
La franquicia es un aceptable canal para la creación de autoempleo, con las limitaciones y condicionantes comentados, pero un extraordinario generador de empleo .
La franquicia fomenta el crecimiento empresarial y como tal es un de los puntales sobre los que asentar la creación de empleo , teniendo claros sus límites y sus posibilidades, que por trasladarlo a números reales puede hacer que se creen entre 15.000 y 30.000 nuevos puestos de trabajo dependiendo del número de unidades que se implanten. Ir mucho más allá es complicado, pero desde luego es una baza a tener en cuenta y a impulsar y apoyar convenientemente, proporcionándole un entorno y un ecosistema adecuado.
Pero para hacerla realmente efectiva y sobrepasar estos límites, en los que nos movemos en estos años, hay que cambiar muchas cosas, algunas estructurales, que no pueden fomentarse ni modificarsede un día para otro, como el sistema educativo, orientándolo hacia modelos que impulsen la creatividad y el desarrollo de las habilidades personales, el sistema financiero, basando las posibilidades de acceso al crédito en las bondades del proyecto y no en las garantías reales del emprendedor, la administración, flexibilizando los trámites para crear una empresa y evitando que se convierta en un tortuoso camino de burocracia.
Miguel A. Oroquieta, socio director de T4 Franquicias