Pymes y Emprendedores

Organizarse mejor y conciliar son los retos de los directivos este año

2008 ha sido un año duro, muy duro. A lo largo de estos 365 días, los españoles han sufrido estrés, despidos, miedo; han hecho frente a hipotecas asfixiantes y a finales de mes complicados. Los cinturones se han ajustado más que nunca. 2009 tampoco pinta fabuloso, pero tanto empleados como directivos cuentan con una ventaja que hace 12 meses no tenían: saben lo que les espera, así que pueden prepararse para ello.

Al igual que cada 1 de enero medio país se propone dejar de fumar, ir al gimnasio o ponerse a dieta, en la empresa también se enumeran los buenos propósitos.


Organizarse mejor para no volverse loco

En 2008, muchos trabajadores rebasaron su umbral de estrés: ya es suficiente. Según explica Jaime Pereira, socio del Instituto de Liderazgo y experto en coaching, la que sus entrenados se han marcado como meta fundamental para 2009 es "una vida más racional y equilibrada. Se han propuesto organizarse de forma que puedan dedicar más tiempo libre a sus actividades personales". Pereira señala que "la gente vive muy agobiada debido a diversos factores, como la crisis, las fusiones, los Expedientes de Regulación de Empleo (ERE)...".

A fin de cuentas, en muchas empresas se ha reducido el personal, pero la cantidad de trabajo que hay que sacar adelante es la misma de siempre. Por otro lado, "la gente debe saber que tiene que trabajar muy duro, pero no de forma anárquica. Hoy, es difícil planificarse, porque cada día hay que hacer una cosa nueva; esto debe cambiar". En resumen, se trata de disfrutar con el trabajo o, por lo menos, de no sufrir.


Priorizar: más familia y más gimnasio

En parte, la solución a lo anterior no es otra que priorizar. "Tenemos que aprender a decir que no, que es algo que nos cuesta muchísimo. Por no negarnos a nada, llenamos nuestra agenda más de lo necesario. Es imprescindible localizar lo que para uno es importante y hacerlo". El 90% de las personas que hacen coaching con Jaime Pereira afirman que lo más importante para ellas es su familia, pero no dedican a ésta ni la mitad del tiempo que desearían. Los que dicen que les encanta estar en forma tampoco suelen ir al gimnasio. Establecer prioridades es fundamental. Establecer unos horarios que permitan conciliar y soltar adrenalina pueden reducir el nivel de estrés... y aumentar el de felicidad.

La regla del 80-20 dice que el 80% de nuestras satisfacciones y éxitos es producto del 20% de nuestras acciones. "Aunque la vida no es una ecuación", señala Guido Stein, profesor de Dirección de Personas en la escuela de negocios IESE, "creo que en la empresa esto también debe tenerse en cuenta. Y de ese 80% de cosas que no sirven para nada, puede prescindirse de algunas, como los gastos superfluos".

En este sentido, si en 2008 los expertos en recortar costes (cost killers) hicieron su agosto, 2009 tampoco será para ellos un mal ejercicio, ya que pueden ahorrar millones a las empresas. Y, respecto a ese 20 por ciento de tiempo útil de verdad, por el contrario, conviene reforzarlo. "Éste es el momento de retomar, por ejemplo, la labor comercial en las empresas, visitar a más clientes, hacer más promociones... Es decir, potenciar aquello que ya funciona bien", añade este experto.


El miedo y el estrés en la oficina, a raya

3Según explica Stein: "Aunque un directivo sufra estrés porque su empresa esté atravesando un mal momento, no debe transmitirlo jamás al resto de miembros de su equipo. No se puede acongojar al personal porque, de hecho, hasta los más valientes están ya asustados en este momento. Y el miedo es un factor muy negativo, ya que inhibe la innovación y la creatividad".

No es que haya que mentir, pero no se deben compartir estos temores. "No estoy hablando de un estúpido optimismo, sino de permitir que exista la esperanza", añade este profesor. Y, si hay algo malo que comunicar, como un ERE inminente, los trabajadores deben enterarse por la propia empresa, no porque lo han leído en los medios de comunicación. La confianza es otra de las metas a alcanzar.


Fomentar el compañerismo

En épocas de incertidumbre, con los sueldos congelados y temiendo que a uno lo pongan en la calle, siempre ayuda contar con un equipo en el que se respire apoyo mutuo y buen ambiente. Evitar situaciones tensas y no pagar el estrés con los compañeros es otro de los propósitos de los trabajadores y directivos españoles para el año que está empezando. Según Jaime Pereira, además, "el liderazgo debe ser elegante". Menos gritos y más educación, vamos.


Innovar para ser más competitivo

Otro de los fines de las empresas españolas es invertir más en innovación, factor esencial para ser más competitivas. El sector servicios, que representa un tercio del Producto Interior Bruto español y que es dominante en todas las economías desarrolladas, ya ha tomado buena nota.

En 2007, por primera vez, gastó en innovar más que el sector industrial, más de 8.700 millones de euros. Innovar no es sólo comprar máquinas; también es cambiar de proveedores, aprovechar mejor el espacio en el almacén o lanzar un nuevo producto. 2008 ha sido un año difícil, pero quizá en 2009 la inversión pueda recuperarse un poco.

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