
Pintarse las uñas de fantasía, imprimir las fotografías del fin de semana y comerse un yogurth helado en pleno centro bajo la garantía de una imagen de marca. Son tan sólo tres ejemplos de nuevas franquicias que, con inversiones de apenas 10.000 euros, se han convertido en fórmulas de autoempleo que, además, han permitido a franquiciadores y franquiciados saltar las fronteras y conquistar con productos y servicios made in Spain países tan diversos como Portugal, Rusia o Singapur.
La franquicia, además de fórmula de emprendimiento, tiene otras vertientes de valoración positivas para nuestra economía real como la propia naturaleza de su sistema generador de empleo a costes y riesgos equilibrados, su capacidad como herramienta de modernización del pequeño comercio y su mayor potencial exportador amparado en una imagen de marca ya consolidada y partners conocedores del mercado receptor.
Crecimiento objetivo
Tal y como define Santiago Barbadillo, director general de Barbadillo Asociados, "la franquicia, como generador de empleo, es un rara avis que rompe con la situación de crisis que está afectando a la mayoría de los sectores de nuestro país" y añade que "la franquicia, no sólo no se está viendo en esta situación, sino que hay un crecimiento neto objetivo de en torno al 7 por ciento".
Para Barbadillo, el crecimiento positivo de una actividad multisectorial como la franquicia se debe a "sus ventajas como elemento reductor del riesgo de fracaso y su capacidad de crecimiento más rápido a costes más reducidos, permitiendo obtener tanto al franquiciado como al franquiciador rentabilidades equilibradas en economías de escala que posibilitan la reinversión y la dinamización de la economía y del empleo".
Por otro lado se suma la circunstancia del incremento del número de franquicias low cost, como aquellas relacionadas con las TIC y servicios profesionales, cuyos costes de implantación suelen ser relativamente bajos, a partir de seis u ocho mil euros, y cuyas rentabilidades son muy adecuadas a corto plazo.
Dato positivo
"Es un dato muy positivo que el sistema de franquicias continúe generando puestos de trabajo, cuando el desempleo aumenta cada mes. Por eso, creemos que ha llegado el momento de que los Organismos y las Administraciones públicas apuesten decididamente por la franquicia como un modelo de negocio válido para crear empleo. Esperamos que el reciente convenio de colaboración suscrito con la Secretaría de Estado de Comercio, dependiente del Ministerio de Economía y Competitividad, sirva para promocionar y divulgar todas las ventajas que ofrece esta fórmula de comercio como generadora de empleo, en una coyuntura tan complicada como la actual", afirmaba Xavier Vallhonrat, presidente de la Asociación Española de Franquiciadores (AEF) durante la presentación, la pasada semana, de su informe anual.
Así, el sistema de franquicias español estaba dando trabajo a un total de 246.354 personas al acabar 2012. En relación con la facturación alcanzada al cierre del ejercicio 2012, el conjunto de la franquicia facturó un total de 25.937,1 millones de euros en España, lo que supone un descenso del 1,5 por ciento respecto a los 26.351,8 millones que se contabilizaron al finalizar el año 2011. Lo que sí se incrementa en un 2,5 por ciento es el número de establecimientos operativos comparando los años 2011 y 2012.
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Información de Mireia Corchón, Javier Alfonso, Rafael Daniel, Carmen Larrakoetxea, Ruth Lodeiro, Carlos Pizá, Esther Porta, Beatriz Triper, Eva Sereno y J. L. Jiménez.