
Las administraciones públicas pagan tarde... pero pagan. Es por ello por lo que, desde 2008, el número de pymes que figuran en los registros de licitadores para optar a un concurso público ha aumentado un 50 por ciento. Sin embargo, "muchas desconocen cómo licitar; la burocracia y el desconocimiento son los principales problemas de las pymes al acceder a los concursos públicos", comenta José Luis Arístegui, responsable de Sector Público para España de Vortal, una multinacional especializada en plataformas de contratación pública electrónica.
¿Qué deberes hay que tener hechos antes de acudir a la llamada de un contrato con la administración central, regional o local?
Por triplicado:
Una cuestión a tener en cuenta es que las ofertas de licitación no se presentan en un proyecto, sino en tres. "Más bien se trata de dividir la oferta en tres sobres", explica Arístegui: "Uno con información de tipo administrativo, otro con los detalles técnicos y, el tercero, con el desglose económico". En el primero deben figurar datos relativos a la solvencia de la empresa y su situación al corriente de pagos. En el segundo "se debe explicar cómo se va a desarrollar el proyecto al que se opta". Y en el tercero figura el importe de éste. No sirve de nada presentar la oferta más económica si previamente no se cumplen los requisitos mínimos exigidos en los otros dos apartados.
Plazo de corrección:
Un dato que conviene tener presente es que, si la administración rechaza un proyecto, no significa que no pueda seguir optando al concurso. "Hay un tiempo de subsanación de cinco días hábiles", aclara Arístegui. Dentro de este plazo se pueden corregir los defectos de forma administrativos, técnicos o económicos de la oferta y volver a presentar el proyecto.
Avales bancarios:
El principal motivo por el que se rechazan los proyectos a concurso es el financiero. Y es que la administración exige "un aval bancario de entre el 3 y el 5 por ciento del importe máximo de licitación". Ésta es la más importante barrera de entrada de la pyme a las licitaciones de la administración.
Ofertas unidas:
Las pymes, no obstante, tienen una herramienta que pueden utilizar cuando el importe máximo de licitación hace que no puedan presentar las garantías bancarias mínimas. O cuando técnicamente no pueden cubrir la totalidad del proyecto para el que optan. Esa herramienta son las Uniones Temporales de Empresas (UTE). "Básicamente es cuando dos pymes se unen para ir a un mismo concurso", continúa Arístegui. El principal motivo para aliarse "es la falta de capacidad financiera. Es algo frecuente en concursos grandes, y útil para las pymes". Pero hay que planificar la alianza con tiempo, ya que constituir una UTE supone dar de alta, por un tiempo limitado, una nueva compañía, con el gasto que ello conlleva.
Barreras idiomáticas:
Una pyme andaluza que opte a un concurso en Cataluña, ¿debe presentar su proyecto en catalán? La respuesta que dan desde Vortal es que no es necesario. "No se puede favorecer ni penalizar a una empresa en función del idioma", dada la cooficialidad de catalán, vasco, gallego o valenciano con el castellano.