
Siempre se ha considerado de mal gusto preguntar a otras personas por su sueldo y hasta no hace mucho el pago a los ejecutivos de las principales compañías estadounidenses se había convertido en una leyenda urbana que llegó a irritar a más de un inversor.
Desde costes extra para cerveza y sistemas de seguridad para sus hogares, hasta gastos de transporte público cuando el directivo en cuestión viaja en coche con chófer. Éstos son algunos de los pequeños y en ocasiones escabrosos detalles que inundan el corporate norteamericano y que han puesto a los reguladores a trabajar para legislar las compensaciones con las que muchas compañías agracian a sus "caprichosos" directivos.
A partir de ahora, todas aquellas empresas que coticen públicamente deberán dar a conocer todos los incentivos y extras que superen el valor de 10.000 dólares, un baremo que baja considerablemente de la anterior cantidad que se situaba en los 50.000 dólares o el 10 por ciento del salario anual.
Consejeros delegados
Durante las últimas semanas se han dado a conocer los sueldos con los que las grandes compañías de distintos sectores recompensan a sus consejeros delegados. Así no ha habido muchas sorpresas al conocerse que el consejero delegado de Coca-Cola, E. Neville Isdell, recibió en 2006 un salario de 7 millones de dólares, una cantidad ligada proporcionalmente al resultado del desempeño de sus funciones de la compañía y cerca de un 17 por ciento más de lo que consiguió el año anterior.
Por tanto, el sueldo base del ejecutivo se mantuvo intacto en los 1,5 millones de dólares, pero los 5,5 millones en incentivos sumaron un millón más respecto a 2005, según los documentos entregados en la Comisión de Mercados e Inversores (SEC) de Estados Unidos. De todas formas, bajo el nuevo reglamento la compensación total de Isdell, si se tienen en cuenta sus acciones, stock options, pensiones y otros beneficios alcanzó en 2006 la friolera de 32,3 millones de dólares.
Si la nueva regulación hubiera entrado en vigor hace dos años, el consejero delegado hubiera ganado en 2005 aproximadamente 26,1 millones de dólares; pero al no estar en vigencia, Coca-Cola sólo reportó un sueldo de 6,5 millones de dólares.
Prácticas abusivas
El caso de la compañía de refrescos es sólo un claro ejemplo de una práctica muy extendida entre la mayor parte de las grandes empresas norteamericanas. Aun así, existen claros abusos que han crispado seriamente a los inversores.
El consejero delegado de American Express, Kenneth Chenault, incluía entre sus incentivos un pago de 132.019 dólares para el uso personal de los coches de empresa, además de otra serie de beneficios para comprar aperitivos e, incluso, costear algún coste médico no incluido dentro de su seguro.
El capitán de Anheuser-Busch, August Busch IV, tenía una asignación mensual que costeaba el consumo personal de cerveza y otros entretenimientos. Su homólogo en UST Inc, el conglomerado tabacalero y vinatero estadounidense, también contaba con un sustento anual para comprar vino.
Un estudio realizado entre cien empresas norteamericanas por The Corporate Library afirma que las cifras incluidas en lo que se conoce como "otras compensaciones" han crecido cerca de un 130 por ciento si se comparan con las de 2005, cuando la legislación actual no estaba en vigor.
Mary Ellen Carter, profesora de la Wharton Business School especializada en contabilidad corporativa, explica a elEconomista que "el salario base se ha mantenido constante en los últimos años; el problema han sido los costes de otros incentivos como campos de golf, aviones privados y otros caprichos". "La nueva regulación ha dado a conocer gastos descomunales que antes no se ocultaban a los inversores", añade.
Vocabulario ininteligible
Para el presidente de la SEC, Christopher Cox, muchas firmas emplean un vocabulario casi ininteligible a la hora de especificar a sus accionistas "el análisis y desarrollo de la compensación" de sus directivos. En casos como el de Aetna Inc o Kellog Co, estas explicaciones llenan hasta nueve páginas, mientras que en Pfizer superan las 17. Por esta razón, Cox no duda en aconsejar el uso de "inglés plano y sencillo" para evitar "confusiones", según la agencia de noticias AP.
Como consecuencia de la nueva regulación, en trámite en el congreso de Estados Unidos, algunas compañías han comenzado a recortar los incentivos entre sus ejecutivos, aunque esto no se traduzca necesariamente en una reducción de los salarios.
Así, Fortune Brands Inc, distribuidor en EEUU de Absolut Vodka y material de golf, anunciaba en sus informes que a partir del 31 de marzo acabaría con los extras para coches, clubs de campo y planteamiento financiero con los que hasta ahora agraciaba a sus ejecutivos.
Sin embargo, esta cantidad extra no se destinará a mejorar las operaciones de la compañía, sino que se empleará para engordar el sueldo base de los capitanes de la empresa, algo que supuestamente no enfadará tanto a los accionistas.