
"¿Que cómo nos va? Estamos resistiendo", dice Joana Francis, fundadora del Hotel Chancillería, en Jerez de la Frontera (Cádiz). Con mucho esfuerzo, la micropyme que esta británica fundó en 2008 ha conseguido no estar entre las 67.303 pymes que, según los datos de la patronal, Cepyme, echaron el cierre en 2009.
¿Qué pasará en 2010? Jesús Bárcenas, el presidente de Cepyme, cree que, "al haber menos empresas, seguramente el porcentaje de caída sea menor, pero la situación sigue siendo muy difícil".
Las pymes, que representan al 99,8% de los 1,2 millones de empresas que operan en España, son las víctimas más débiles de una crisis que les ha cerrado el grifo de la financiación y que ha aumentado la morosidad. A estos dos problemas, Bárcenas añade "la I+D+i y la adaptación a las nuevas tecnologías".
Entre los seis entrevistados para este reportaje, que representan a sectores diversos -desde los laboratorios Kosei, que fabrican productos para el cuidado del pelo y la piel, hasta la chocolatería de Enric Rovira o la fábrica de sistemas de iluminación Secom- hay quien ha corrido más y menos suerte.
Algunos no han tenido que recortar plantilla, algo que han conseguido sobre todo gracias al apoyo de la exportación, como es el caso de Flores Valles, la empresa industrial más antigua de Madrid: tiene 178 años de vida y cerca del 40% de sus ventas son al exterior, desde Arabia Saudita hasta China y Singapur. O Secom, que exporta a 43 países.
Todos los entrevistados son conscientes de la importancia de las pymes para la economía española. En palabras de Juan Chico, de Kosei: "La mayor riqueza de un país son sus pymes, porque son una gran fuente de empleo". Casi todos los empresarios que han participado en este reportaje piden que el Estado les ayude a conseguir financiación.