
Universitario, en último año de carrera y realizando su primera toma de contacto con el mercado laboral. Es el perfil tipo del becario español, una figura que no escapa de la crisis económica y que parece estar viviendo una especie de selección natural. Son menos, entre otras cosas porque el mercado empresarial ha reducido su oferta de puestos becados para alumnos en prácticas.
"Pero están más comprometidos con el trabajo que otros años", matiza Olga Lasaga, directora de servicios prácticos y empleo de la Universitat Abat Oliva CEU. "En los últimos años las empresas estaban echando en falta becarios y recién licenciados más implicados. Se quejaban de que les faltaba nivel de compromiso", aclara.
Varios expertos en gestión de recursos humanos vinculados al ámbito universitario y empresarial coinciden en que "ven el trabajo como un mundo ajeno a ellos. Hasta no hace mucho parecía que la entrevista de trabajo no se la hacía el empresario al aspirante a becario, sino al revés", comenta el responsable de Recursos Humanos de una pyme industrial que cada año recibe alumnos en prácticas.
"Este año se les ve más comprometidos", añade Ignasi Rafel, socio director general de Talman, una empresa de búsqueda de talentos en la que varios estudiantes realizan prácticas cada año. Para Rafel "el factor diferencial es la actitud, y ahora ésta es más positiva que otros años".
Entornos cómodos
"Cuando analizamos cómo valoran las empresas a los becarios que han tenido este año", matiza Lasaga, "observamos que están valorando más la responsabilidad y el compromiso que antes. Lo que quieren, sobre todo las pymes, es gente que tenga capacidad de sacrificio y que sea polivalente, y lo están encontrando".
¿A qué se debe este cambio? Víctor Girón, un headhunter del ámbito universitario que busca talentos para empresas, habla de un conflicto que ha encontrado solución en la crisis. "Los becarios de hoy día pertenecen a una generación que ha crecido rodeada de recursos y una vida cómoda", arguye, "cuando se incorporan al mercado laboral buscan entornos agradables y flexibles que puedan compaginar con su vida personal. El trabajo ya no es un fin, es un medio".
Para Girón hay dos vías de resolver esta situación: "Que las empresas identifiquen las necesidades de estos jóvenes y se adapten", o "que los universitarios de esta generación den mayor valor al trabajo". Y esto último parece ser lo que está sucediendo entre los becarios españoles.
"Quien más quien menos tiene una figura próxima a la que le está afectando la crisis", aporta Olga Lasaga, "y esto está haciendo que se conciencen mejor y tengan más espíritu de sacrificio. Este año son más los universitarios que quieren ser becarios, porque lo ven como una oportunidad para incorporarse a la empresa". Sin embago, también este año "son menos las solicitudes que recibimos de empresas para incorporar becarios. Ha caído entre un 10 y un 15%", continúa Lasaga, "las empresas no están creciendo y necesitan incorporar menos".
Más comprometidos, más responsables, con mayor implicación... "Responsables hemos sido siempre. Yo era becario sin crisis y lo soy con la crisis. Lo que pasa es que antes, si no te gustaba donde estabas podías irte a otro sitio. Ahora no es tan fácil", concluye Rubén Martínez, becario del sector tecnológico.