
Han bajado las ventas a consecuencia de la caída de la demanda y falta liquidez porque la financiación externa también se ha endurecido. ¿Les suena? Son los síntomas que padecen muchas pymes, cuyo diagnóstico más inmediato es un descenso de los beneficios o, directamente, pérdidas.
¿Cuál es el mejor remedio? "Depende de cada caso, pero lo que no hay que hacer es caer en el error de pensar que una caída del 30% en la facturación significa que sobra el 30% de la plantilla", apunta Santiago De Miguel, consejero delegado de la consultora People Excellence.
Y es que en el primer trimestre de 2009 un total de 88.000 pymes tuvieron que colgar el cartel de cerrado por cese de actividad, con la consiguiente lista de altas en la lista del paro, según datos de la Confederación Española de Pequeñas y Medianas Empresas (Cepyme). El miedo a que la falta de liquidez lleve a la pyme a la quiebra se está traduciendo en despidos. Sin embargo, ¿es la reducción de plantilla una solución viable?
Fórmulas transitorias
"Muchas empresas tienen la idea asumida de que deben despedir gente, cuando lo que se debe pensar es que la actual crisis es algo coyuntural y, por tanto, habría que aplicar primero medidas coyunturales", dice Eduardo Riera, de la consultora Mercer, que propone fórmulas transitorias para ahorrar costes sin rescindir la relación laboral con sus empleados, tales como "realizar modificaciones de contrato para reducir la jornada laboral o introducir cambios en los convenios, aunque se necesita el visto bueno de los trabajadores".
La planta que Electrolux tiene en Alcalá de Henares propuso recientemente esta solución a sus empleados. El 62% dio el visto bueno para el abaratamiento de las horas extra y la congelación salarial de cara al próximo año.
Cambio de gestión
Desde UGT, su secretario de acción sindical, Toni Ferrer, coincide en que "hay que buscar fórmulas transitorias, soluciones concretas y negociadas y llegar a compromisos en cada caso", aunque tiene claro que "por que una pyme congele los salarios no va a dejar de pasarlo mal".
Ferrer es partidario "de que las empresas se pregunten si tienen futuro, porque despedir es una salida que no tiene viabilidad a largo plazo. La crisis no es un problema laboral ni de costes, sino de la caída de la demanda y de falta de liquidez. Si la conclusión a la que se llega es que hay que despedir al personal, lo que se refleja es que no se sabe gestionar".
Productividad
¿Cómo combinar las herramientas de gestión empresarial para sobrevivir a la crisis sin perder puestos de trabajo? "Con fórmulas preventivas de reorganización: reordenar la jornada, dar formación y, en última instancia, estaría apostar por los ceses posibles y la suspensión. Las empresas que luchan por su futuro son las que están buscando cómo retener a sus trabajadores", sentencia Ferrer.
Jesús Bárcenas, presidente de Cepyme, aconseja "sobrevivir de la mejor manera posible", pero insisite en que "lo más importante es no destruir empleo, porque no sabemos el tiempo que pasará para que se vuelva a crear".
¿Qué recomienda para las empresas que necesitan liquidez y están pensando reducir su plantilla? "A lo mejor habría que buscar antes otras soluciones para ahorrar costes, como aplazar el pago de impuestos, por ejemplo".
La receta clave
Observar si la reducción en la plantilla repercute sólo en el corto plazo o puede llegar a afectar el plan de negocio en un futuro es una pauta a seguir antes de tomar una decisión, aunque "también cabría tener claro si los problemas de la empresa están en los costes de personal o hay algo más", recomienda De Miguel, quien cree más conveniente comenzar reduciendo o eliminando los costes variables, "como las dietas o viajes" que los fijos, es decir, los sueldos.
Lo que sí parece claro es que hay una receta clave: "No renovar los contratos temporales". Y en caso de llegar a un ERE, hay que preguntarse si no es más viable plantear uno de suspensión de turnos o jornadas que de extinción de contratos.