Fondos

Los 'hedge funds' niegan su responsabilidad y echan la culpa al sistema de la crisis

Son los grandes cabezas de turco de la crisis financiera y, casi con toda seguridad, van a ser uno de los sectores peor parados del proceso que se abrirá en la cumbre de Washington. Se trata de los hedge funds, los fondos de inversión alternativa que han pasado en los últimos años de ser una inversión de lujo para los muy ricos a alcanzar una popularidad masiva y a hacerse un hueco en todas las carteras, sobre todo en las institucionales.

Una popularidad que ha disparado el patrimonio gestionado por estos productos hasta los 2 billones de dólares.

La opacidad y falta de regulación de muchos de estos productos -así como sus buenos resultados, que en el mundo financiero hay mucha envidia- les han convertido en el chivo expiatorio ideal para los grandes movimientos "especulativos", como el subidón del petróleo hasta julio o el derrumbe de la bolsa en septiembre y octubre. El alto apalancamiento con el que operan y su capacidad para tomar posiciones bajistas les hace sospechosos de manipular los mercados en cualquier momento.

Ayer el Congreso de EEUU dio la oportunidad de defenderse a cinco de los principales gestores de hedge funds del mundo: George Soros, James Simons, presidente de Renaissance Technologies, Philip Falcone, co-fundador de Harbinger Capital, John Paulson, de Paulson & Co, y Kenneth Griffin, fundador y consejero delegado de Citadel. Los cinco coincidieron en negar su responsabilidad en la crisis, que achacaron al sistema financiero actual.

Simons, por ejemplo, dijo que las agencias de rating han facilitado la venta de "orejas de cerdo como si fueran bolsos de seda" por sus "fantasiosas" calificaciones de las titulizaciones hipotecarias (MBS) que están en el núcleo de la crisis.

Un capítulo de la comparecencia en el que los congresistas fueron especialmente duros fue el de las fantásticas remuneraciones de estos cinco gestores -que suelen ser dueños de sus firmas y que invierten su propio patrimonio en el fondo-: unos mil millones por cabeza el año pasado como media. Falcone recordó que los gestores no suelen ser de familia rica, sino hombres hechos a sí mismo que se benefician de su capacidad y su visión empresarial: "Es importante que el público sepa que no todo el mundo que gestiona un hedge fund ha nacido en la Quinta Avenida, y ésa es la belleza de América".

"No estamos hablando de unos directivos que cobran enormes bonus o stock options cuando la empresa está quebrando", añadió. Paulson coincidió con esta visión y recordó que su remuneración es un porcentaje de las ganancias de los inversores, es decir, que si ellos cobran mucho es porque han hecho ganar mucho a sus clientes.

El aumento de la regulación, inevitable

Los cinco admitieron como inevitable un aumento de la regulación del sector en el escenario actual, pero alertaron contra ir demasiado lejos. Griffin recordó que los mayores problemas se han dado en las instituciones reguladas, como bancos, brokers y aseguradoras, y que "no hemos visto a ningún hedge fund en el centro de la carnicería".

Finalmente, algunos parlamentarios admitieron que las pérdidas de los hedge este año -que han provocado una oleada masiva de reembolsos y el cierre de numerosos fondos- son un efecto y no una causa de la crisis. Pero, aun así, se mostraron a favor de una mayor regulación para evitar "universos paralelos financieros sin regulación de derivados exóticos gestionados por hombres sin rostro que ejercen unas fuerzas impredecibles sobre el mercado", en palabras del republicano Tom Davis.

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