
Las primeras mesas de debate del III Congreso Mundial Cambio Climático y Vino han permitido escuchar algunos mensajes concretos de ambientalistas y expertos en viticultura de EE UU y Australia.
Joao de Lima, director de The Climate Project Spain, ha repasado los efectos adversos del cambio climático sobre el conjunto del planeta en los últimos meses. Y ha recordado que 2010 ha sido el año más caluroso de la última década. El directivo ha destacado sin embargo que España ha logrado reducir progresivamente las emisiones de gases de efecto invernadero desde el pico de 2006.
En la parte positiva, ha hecho referencia al compromiso que China y EEUU han asumido en la lucha contra el cambio climático al firmar la declaración de la Cumbre de Cancún. Y, como ejemplo de que la cooperación internacional permite luchar eficazmente contra los efectos del cambio climático, hizo alusión al cierre del agujero de la capa de ozono tras el acuerdo global contra el uso de los gases que la provocaban.
I+D
Por su parte, Greg Jones, investigador de la Universidad de South Oregon y propietario él mismo de una bodega junto a su familia, ha desgranado las diferentes acciones de investigación y desarrollo que se pueden implementar zonas tradicionalmente vinícolas para adaptar la viticultura al cambio climático. Entre ellos destacan el peso de la genética de las vides o las innovaciones en el propio proceso de elaboración de los caldos.
Por último, se preguntó, y preguntó a los asistentes, si a partir de ahora podremos producir el mismo tipo de vino, en la misma zona y de manera sostenible a futuro.
Nigel Greening, viticultor de Nueva Zelanda reconocido mundialmente por sus aportaciones a la sostenibilidad de las bodegas, ha recordado con emoción las inundaciones en Australia que han dañado una zona del país equivalente a la extensión de Francia y Alemania juntas, incluidas amplias zonas de viñedo. "Si queríamos tener alguna prueba del efecto del cambio climático en el vino, la tenemos en Australia. No hay aquí hoy ningún representante de este país pues todos están trabajando para recuperar sus explotaciones".
Greening focalizó su intervención en cómo adaptarse a la variabilidad que provoca el cambio climático en las condiciones meteorológicas. Esta variabilidad provoca repuntes en la incidencia de enfermedades; obliga a gestionar bien el uso de la electricidad y del agua necesaria para producir; a medir escrupulosamente las precipitaciones que reciben los viñedos; y, a modo de recomendación final, llamó a embotellar en envases reciclables.