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Regreso al pasado: AOL se divorcia de Time Warner

La mayor fusión de la historia y el icono de la burbuja tecnológica se rompe definitivamente.

Los más jóvenes en el mercado tal vez no lo recuerden, pero antes de la burbuja inmobiliaria y del crédito hubo otra más sectorial pero igual de devastadora para los inversores: la burbuja tecnológica y de Internet. Se formó a finales de los 90 con la irrupción de la red y de las tecnologías de la información, generó una euforia desmedida por invertir en estos sectores y se basó en una sarta de tonterías como que la revolución tecnológica iba a hacer crecer la productividad hasta el infinito y eso traería el fin de los ciclos económicos.

Entre esas ideas que hoy nos parecen disparatadas pero que entonces eran el no va más, había otra que ha hecho mucho daño al sector de los medios: la convergencia. Es decir, la supuesta integración de los contenidos de los soportes tradicionales y de Internet con su interactividad, inmediatez y flexibilidad, lo que produciría las consiguientes economías de escala y -de nuevo- ganancias de productividad. Si a la ecuación se le añadía la pata telecomunicaciones, es decir, juntar los contenidos con el 'canuto' por el que éstos circulaban, teníamos la cuadratura del círculo.

Es lo que se llamó TMT (tecnología, medios y telecomunicaciones), cuyo principal representante en España fue... Avanzit. Pero en EEUU el concepto de convergencia se infló hasta extremos insospechados y dio pie a la mayor fusión de la historia, valorada en 164.000 millones de dólares y todavía no superada: AOL-Time Warner. Ocurrió en enero de 2000 y entonces, por increíble que hoy parezca, fue AOL la que absorbió al 'dinosaurio obsoleto' de Time Warner, dueño de un auténtico imperio de revistas, periódicos, cadenas de TV, estudios de cine... Su presidente, el mítico Steve Case, se situó a la cabeza del gigante.

Pero este matrimonio empezó a tirarse los trastos a la cabeza casi desde el principio, en cuanto quedó claro que lo de la convergencia era poco más que un mito. El estallido de la burbuja y el desplome del valor en bolsa desde 71 dólares hasta 8,70 certificó el fracaso de la aventura.

Por fin, el divorcio

Ahora por fin van a divorciarse. En efecto, Time Warner (tras el estallido de la burbuja, recuperó el nombre original) va a segregar AOL y a sacarla a bolsa como una compañía independiente. Una operación que debe primero dar salida a Google, que tiene un 5% de AOL fruto de un acuerdo de cooperación en la publicidad (tres siempre son multitud), y cuyo objetivo es "permitir a Time Warner centrarse en su negocio principal de producción de contenidos". Que nunca debió abandonar, cabría añadir.

Todavía quedan muchos detalles por aclarar en esta operación; el principal, la valoración de AOL para la segregación. Y ahí aparece la gran lección de esta historia, aparte de la moraleja sobre la megalomanía: todavía no se sabe muy bien cómo ganar dinero en Internet.

Después de todos estos años, AOL registró una caída de sus ingresos del 20% en el primer trimestre, a pesar de que su red alcanza el 91% de la audiencia en EEUU. El dominio de Google en la publicidad online, la escasez de nuevas fórmulas publicitarias (que se lo digan a Yahoo) y la crisis económica tienen la culpa de esta evolución. Una vez que vuele en solitario, AOL buscará su enésima reinvención para ver si, de una vez por todas, encuentra el modelo de negocio bueno.

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