
Entre dos de los castillos más conocidos de Castilla -valga la redundancia-, el de Curiel de Duero y el de Peñafiel, en la provincia de Valladolid, comienza a trabajar una nueva bodega bautizada muy legítimamente con el nombre de Entrecastillos. Su meta es producir vinos de alta gama, adscritos a la DO Ribera del Duero, y constituirse en referencia de excelencia para su grupo matriz, Yllera, fundado en 1970.
El conocimiento y la experiencia de los hermanos Marcos y Carlos Yllera avala este nuevo proyecto vitivinícola, para el que se han seleccionado exclusivamente viñedos de más de 30 años y con características especiales (en laderas, con excelente exposición solar, etc.). La primera vendimia ha tenido lugar este mes de octubre y con ella Bodega Entrecastillos echa a andar. Sus vinos llegarán al mercado a lo largo de los próximos años y prometen cautivar a los seguidores del vino de la Ribera con unos magníficos ensamblajes de Tempranillo y Cabernet Sauvignon. Las expectativas son elevadas porque Yllera ha presentado en sociedad a su nuevo 'vástago' como bodega innovadora y de vanguardia, equipándola con la tecnología más sofisticada. Una bodega del siglo XXI en la que Yllera ha invertido 9 millones de euros.
Casi podríamos hablar de "diseño de vinos", puesto que la flamante bodega incorpora entre sus diversos adelantos técnicos el primer visor óptico de selección en Castilla y León, que es el segundo que se pone en funcionamiento en España. Esta tecnología se apoya en cuatro niveles de selección o sensibilidad para retirar pasas, uvas rojas, trozos de raspón o uvas poco maduras. A este dispositivo hay que añadir otras mejoras como las nuevas mesas de selección, la tolva vibrante que trata mejor la uva o la despalilladora de doble cuerpo. También el equipo de micro oxigenación que asegurará la incorporación controlada de oxígeno durante la fermentación y los nuevos depósitos de fermentación, que permitirán un mayor contacto entre los orujos y el mosto.

Una vendimia excepcional
La campaña de2015 ha venido marcada por las bajas precipitaciones y las altas temperaturas durante los meses de verano. Esto, unido a las heladas primaverales, ha provocado una brotación irregular, dando como resultado final una producción más corta de lo que sería habitual. Los racimos de esta vendimia son más pequeños y las uvas de menor peso, pero su calidad es excepcional.
Las primeras uvas vendimiadas de Entrecastillos, en la zona de Curiel, proceden de viñedos de más de 100 años, con producciones por debajo de los 3.000 kg/ha. En las cajas de vendimiar se separaron las partidas por pagos y tipos de terreno, para trabajar por separado el fruto más elegante y de aromas sutiles que producen los terrenos arenosos y el fruto de mayor cuerpo y potencia aromática característico de los terrenos arcillosos. La bodega ha descartado usar ningún tipo de levadura -aparte de las autóctonas de la uva- en la elaboración de los vinos de viñedos más singulares. La fermentación alcohólica y maloláctica se realiza en barricas de roble francés.
Y mientras esperamos a que la madera haga su trabajo y llegue el momento de degustar los vinos de Entrecastillos, nos contentaremos con admirar la arquitectura notable que da cobijo a la bodega. El edificio, espectacular, recibió una mención en la Bienal de Arquitectura de 2010.
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www.grupoyllera.com