
Los más estrechos colaboradores de Miguel Blesa en Caja Madrid se lanzan a la aventura empresarial. Los ex números dos y tres de la entidad, Matías Amat e Ildefonso Sánchez Barcoj acaban de constituir con el exconsejero Ignacio Navasqüés una sociedad de capital riesgo para apoyar diferentes proyectos.
En noviembre pasado crearon Pujanza Kapital, una forma para analizar e invertir en una primera fase de capital o en planes ya iniciados que requieran fondos para potenciar su crecimiento.
La imputación por delitos relacionados en la gestión de la caja durante la era de Blesa no ha frenado a Amat y Sánchez Barcoj a emprender esta nueva etapa profesional.
En el caso de Amat, exdirector financiero, es la tercera sociedad que impulsa con socios o de manera individual.
Tras abandonar la entidad en 2011 con una indemnización de 6,16 millones de euros, ha puesto en marcha una pequeña inmobiliaria, denominada Inversiones Nuevo León. Sus operaciones en la adquisición y explotación de venta y arrendamiento de inmuebles comenzaron en 2012 y su capital social ya asciende a 1,2 millones de euros tras varias inyecciones de recursos.
Amat no sólo ha constituido estas dos compañías. En noviembre también escrituró AGM Human, empresa de asesoramiento y consultoría especializada en el ámbito de recursos humanos y software informático.
Los tres exresponsables de Caja Madrid han decidido impulsar Pujanza Kapital en un sector con grandes expectativas de negocio ante el cierre del grifo crediticio y las necesidades de los emprendedores para conseguir financiación.
Créditos en investigación
Los tres socios están siendo investigados por los créditos recibidos por parte de Caja Madrid entre 2008 y 2011, junto al resto de consejeros y directivos de la entidad. Pretende aclarar si se otorgaron de manera irregular.
Según un informe del juez Fernando Andreu, tanto Amat como Sánchez Barcoj y Navasqüés figuran entre los mayores receptores de estos préstamos. Amat percibió dos líneas por un importe de 541.000 euros cada una. En estos años su sueldo superaba los dos millones.
Sánchez Barcoj reclamó un anticipo de su salario en 2010 de 642.000 euros. Al igual que el exdirector financiero, su retribución en la caja por su cargo de responsable del negocio corporativo alcanzaba los 2 millones de euros.
Dejó Bankia -grupo liderado por Caja Madrid- en mayo de 2012, tras su nacionalización y llegada de José Ignacio Goirigolzarri sin indemnización. Fue uno de los pocos hombres de confianza de Blesa que permanecieron en altos cargos durante la gestión de Rodrigo Rato al frente de la entidad.
Navasqüés, representante en el consejo por la Confederación de Cuadros Profesionales -un sindicato de derechas independiente-, logró financiación de la caja en dos ocasiones, por importes de 440.000 euros y 146.000 euros, respectivamente. Su remumeración se limitaba a dietas por su pertenecer a distintos órganos de administración, cargos que abandonó paulatinamente tras fusión de Caja Madrid con Bancaja y otras cinco cajas de mediano tamaño.
Citación judicial
Los tribunales, además de investigar los créditos, analiza si hubo irregularidades en otras operaciones, como la comercialización de preferentes y la adquisición del estadounidense City National Bank of Florida.
Precisamente, por este último asunto han sido llamados a declarar en calidad de imputados otra vez Amat y Sánchez Barcoj entre otros. El magistrado Juan Antonio Toro, sustituto de Elpidio José Silva, ha citado para mañana, 24 de enero, a estos dos exdirectivos de la caja junto al propio Blesa y otros tres exresponsables de la entidad.
Con la creación de estas empresas siguen los pasos de otros exbanqueros. En los últimos años exjefes de cajas de ahorros, principalmente, han constituido sus propias compañías con otros socios o de manera individual tras dejar sus puestos por los problemas surgidos en las entidades.
Los casos más llamativos son los del expresidente de CCM, Juan Pedro Hernández Moltó y el excopresidente de Banca Cívica -antes Caja Navarra-, Enrique Goñi.
El primero montó una firma inmobiliria, Tirpiz Inversiones, apenas seis meses después de que CCM fuera intervenida por el Banco de España en 2009. Porsteriormente fue adjudicada a Cajastur (ahora Liberbank).
El segundo, por su parte, ha preferido constituir una consultora, Co Republic, a finales de 2012, después de ser cesado de sus puestos en Caixabank, grupo que absorbió Cívica. Meses después transformó su objeto social. En la actualidad, es una editorial de todo tipo de libroslibros, según consta en el registro mercantil.