El gobierno de Cristina Kirchner redobló la disputa con la petrolera hispano-argentina Repsol YPF, dominante en el mercado local, y no descarta una nacionalización al acusarla de falta de inversiones que obligaron a importar combustibles por unos 9.000 millones de dólares en 2011.
En una nueva escalada en el conflicto, el directorio de Repsol YPF reunido el miércoles en Buenos Aires, rechazó una propuesta del gobierno de crear un fondo para incrementar la producción y en cambio votó por no pagar dividendos a partir de utilidades remanentes de 2010 y la totalidad de 2011 por 5.789 millones de pesos (1.321,6 millones de dólares). El dinero se utilizará para capitalizar la empresa.
El gobierno advirtió que si Repsol YPF no presenta planes de aumento de la producción, podría reestatizar la empresa privatizada en los años 90, aunque según analistas, parece díficil porque tendría negativas repercusiones internacionales.