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Fitch: la falta de una solución integral a la crisis eleva la presión sobre los ratings de la Eurozona

  • Augura un despome del 1,7% del PIB español en 2012 en el peor de los casos
  • La agencia cree que el BCE es el "único cortafuegos realmente creíble"

La calificadora de riesgos apunta en su informe 'Perspectivas económicas globales' que las tensiones financieras en la Eurozona se han intensificado significativamente y, pese a que varios de estos riesgos están ya contemplados en su escenario base, "existe el riesgo de tensiones financieras incluso mayores y más prolongadas".

En este sentido piensa que, pese a que el acuerdo alcanzado en la cumbre europea de la semana pasada demuestra un fuerte apoyo político para el euro, servirá de poco para aliviar las presiones sobre la deuda soberana de la zona euro y sobre los ratings de los países en el corto plazo.  

En su opinión, impone costes económicos y financieros adicionales, frente a una solución integral inmediata. Por eso piensa que la crisis continuará bajo diferentes niveles de intensidad a lo largo de 2012 y más allá, probablemente hasta que la región sea capaz de sostener la recuperación económica.

En el corto plazo, la agencia prevé una recesión económica importante en toda la Eurozona. La región se enfrenta a una intensa presión del mercado, que está provocando una pérdida de confianza empresarial y del consumidor, una débil actividad industrial y de ventas minoristas.

El peor escenario de todos

Fitch ha desarrollado junto a Oxford Economics una simulación en la que, a pesar de que no se contempla la ruptura del euro, incorpora elementos como un encarecimiento de los préstamos a hogares y empresas, el incremento de los diferenciales de la deuda y una caída significativa de los mercados de renta variable. Asimismo, señala que sus cálculos plantean que estas tensiones se prolongarán desde el cuarto trimestre de 2011 al cuarto trimestre de 2012.

En caso de producirse un escenario tan catastrofista, el Producto Interior Bruto (PIB) de España caería un 1,7% el próximo año. Sin embargo, maneja como escenario base un estancamiento de la economía española en 2012 y una expansión del 1% en 2013.

En el peor escenario posible, la Eurozona retrocedería un 0,6% en 2012 y crecería un 0,9% al año siguiente, con todos los países de la periferia de la Eurozona, salvo Irlanda, registrando descensos de sus respectivos PIB en 2012 y, en el caso de Italia y Grecia, también en 2013.

Bajo este escenario de estrés, España caería un 1,7% en 2012 y crecería un 0,6% en 2013, mientras Italia se contraería un 2,1% y un 0,5% respectivamente. En el caso de Grecia, el PIB caería un 6,7% el próximo año y un 1,3% al siguiente, mientras que Portugal retrocedería un 4,9% en 2012, pero crecería un 0,4% en 2013. Por su parte, Irlanda lograría crecer un 0,5% el próximo año y un 2,8% en 2013.

Entre el resto de países de la eurozona, Alemania crecería un 0,4% en 2012 y un 1,3% en 2013, mientras Francia se estancaría el próximo año y crecería un 1,5% al año siguiente. En el caso de Reino Unido el PIB registraría una expansión del 0,1% en 2012 y del 1% en 2013.

Estancamiento, lo más probable

No obstante, la agencia de calificación prevé que, en su escenario base, la economía española no registrará crecimiento en 2012, frente a la expansión del 0,5% anteriormente prevista, mientras que en 2013 repuntarísaun 1%, por debajo del 1,5% de las anteriores proyecciones de Fitch.

La calificadora de riesgos espera que la economía española registre una contribución positiva por parte de las exportaciones, a pesar del entorno de mayor debilidad en el exterior, especialmente entre algunos de sus principales socios comerciales, aunque es probable que la debilidad de su demanda interna mantenga a su vez bajas las importaciones.

El BCE, único cortafuegos creíble

Respecto al BCE, Fitch aún cree que la institución es el "único cortafuegos realmente creíble" de la crisis de liquidez o incluso de solvencia en Europa, bien sea directamente a través de programa de compra de deuda soberana o bien indirectamente permitiendo al futuro fondo de rescate acceder a su balance.

"La esperanza de que el BCE intensificara sus medidas de apoyo a sus accionistas soberanos como un 'quid pro quo' por los cambios legales e institucionales que dieran al BCE una mayor confianza en el compromiso a largo plazo de los gobiernos de la Eurozona con la disciplina fiscal parece haber estado fuera de lugar", agrega.

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