Saborear un té en una taza de porcelana china o vestir un fino hilado peruano les será cada vez más difícil a los argentinos debido a las nuevas trabas que el Gobierno ha aplicado a las importaciones, informó la agencia AP.
Con el objetivo de proteger a la industria nacional y cuidar el superávit comercial, el Gobierno aumentó en un 50% la cantidad de productos sujetos a licencias no automáticas de importación.
La medida, que empezará a regir dentro de tres semanas, aumenta de 400 a 600 la cantidad de productos bajo observación, lo que significa que deberán pasar por autorización oficial para poder ingresar al país.
Entre otros, se aplicará a los automóviles de alta gama, motos, bicicletas, hilados, tejidos, artículos electrónicos como celulares y computadoras, electrodomésticos, vajillas de vidrio y porcelana, hilados y tejidos.
"Estamos defendiendo nuestro mercado interno de la competencia desleal", dijo la ministra de Industria, Débora Giorgi, en un comunicado difundido por su ministerio. Argentina no va a regalar el mercado interno a la competencia desleal porque ningún país lo hace, agregó.
Giorgi destacó que la estrategia del comercio administrado para resguardar los puestos de trabajo ha dado resultados satisfactorios a la industria nacional argentina, que logró en el último año sustituir importaciones por 9.200 millones de dólares.
En 2010, el superávit comercial fue de 12.057 millones de dólares.
La medida fue celebrada por cámaras de fabricantes argentinos y cuestionada por las que representan a los importadores o empresas tecnológicas multinacionales.
Las licencias de importación han formado parte del dispositivo que ha permitido que en los últimos años aumenten la cantidad de empleo, la inversión y que se redujeran los precios, dijo el presidente de la Asociación de Fábricas Argentinas Terminales de Electrónica, Alejandro Mayoral.