El gobierno estadounidense tenía muchas dudas de que en 2009 se haya abortado un complot para asesinar al presidente boliviano, Evo Morales, y sospecha que el gobierno hizo un montaje para deshacerse de opositores en la rica región de Santa Cruz, según cables filtrados por WikiLeaks.
El ministro de Gobierno (Interior), Sacha Llorenti, rechazó la versión, a la que calificó de "chismografía", y señaló que esa célula de mercenarios abatida en abril pasado "no solamente era terrorista sino separatista".
A raíz de la versión de WikiLeaks, Llorenti manifestó que la Cancillería boliviana citará al encargado de Negocios de los Estados Unidos en La Paz para pedirle explicaciones al respecto.