Northern Rock continuó otorgando hipotecas y préstamos de alto riesgo durante varios meses, después de que las autoridades intercediesen dando a la entidad apoyo de emergencia para afrontar la crisis, según desveló hoy la National Audit Office (NAO), organismo gubernamental de control del gasto público.
Northern Rock fue la primera víctima bancaria de la crisis en el país, cuando en septiembre de 2007 el Banco de Inglaterra le concedió un préstamo de emergencia tras presentar serios problemas para financiar a corto plazo la deuda de los mercados al por mayor. Esta situación provocó una huida masiva de los inversores del banco, que retiraron sus ahorros. En un principio, el Gobierno calmó el pánico garantizando los depósitos, y en febrero de 2008 se vio obligado a nacionalizar Northern Rock.
Sin embargo, la entidad siguió firmando hipotecas controvertidas por hasta el 125% del valor de las propiedades durante varios meses posteriores a haber recibido el rescate del BoE, según la NAO. Este tipo de préstamos, que ahora son imposibles de obtener, están considerados un síntoma de la burbuja inmobiliaria previa a la crisis crediticia.
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