Firmas

Cataluña: el ajedrez político

Siempre es importante que te toque un rival al que puedas vencer

En la partida de ajedrez entre Estado e independentismo en Cataluña, los peones, los diputados, se mueven de cuadrícula en cuadrícula; tan lentos que han tardado dos meses en abrir el reloj con la frustrada investidura de Turull. En el bando gubernamental, el líder es Rajoy, tan enrocado que el independentismo de momento no puede pensar en darle jaque. Puigdemont también intentó enrocarse.

Tanto, que las torres judiciales del Estado decidieron no atacarle directamente y retiraron la euroorden de captura, vuelta luego a emitir. Nueva emisión y detención posterior en Alemania, que indica que el enroque no era tan seguro como el fugado creía ¿Quién dará el jaque-mate del contrario?

El independentismo, poco a poco, pierde piezas, que salen del tablero con renuncias a las actas de diputado, prisión y, en algunos casos, huidas al extranjero que acaban en prisión. Mientras tanto, el Estado mantiene sus posiciones. Junto con las torres judiciales, están los alfiles de los fiscales y la caballería de la investigación policial. Todo en perfecto orden, incluyendo a su reina, encarnada en Ciudadanos, una pieza con grandes capacidades para incursionar en el terreno, aunque de momento poco efectiva.

El independentismo cuenta aún con su principal caballería que es TV3, la propaganda del régimen nacionalista y algo de algarada callejera, cada vez más menguante y que en el juego parlamentario ha demostrado ser poco efectiva. Otra cosa sería en campaña electoral. Algo que ERC y JxC deben estar meditando. ¿Les iría mejor en una nueva confrontación electoral que en la actual batalla parlamentaria?

Además, ERC duda si le favorece seguir este juego o cambiar de contrincante. En un torneo de ajedrez es importante que, en los emparejamientos, te toque el jugador que puedes vencer. El actual contrincante de ERC es el Estado; demasiado fuerte. Si su contrario fuera la derecha, pactando con el PSC y los Comunes, tendría más ventaja.

Ha empezado la cuenta atrás para iniciar otra partida. Desde el jueves pasado corre el tiempo. Mientras, la actual partida sigue y lo más probable es que acabe en tablas: con el 155 funcionando y un Parlament de mayoría independentista bloqueado.

Cuando se acaba en tablas, se inicia el siguiente juego. ¿En las mismas circunstancias?: indepes contra constitucionalistas o, como se intuye desde hace tiempo, izquierda versus derecha (el tripartito de nuevo). Una izquierda (ERC, PSC y los Comunes) flanqueada en su lado radical con la CUP y por el centro con Ciudadanos, con la burguesía tradicional representada por JxC y el Partido Popular en el otro extremo del Parlament.

Una configuración exótica, digna del Mediterráneo en la que la estabilidad puede ser tan voluble como en la política italiana.

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