
Como saben, aun cuando solo en los medios económicos se ha resaltado, la compañía italiana Atlantia ha presentado una opa sobre nuestra empresa Abertis por el 100 por ciento del capital. Los que siguen la economía, especialmente el mundo de la empresa y la bolsa, habrán detectado la apatía reinante sobre la misma. No parece, de continuar la cosa como se está desarrollando, que la opa vaya a prosperar y que la compañía italiana se haga con el control absoluto de la española.
El silencio de Criteria, el accionista de referencia de la empresa española que mantiene un 22 por ciento de las acciones, es un claro ejemplo de la referida apatía. Criteria está callada; además todo parece indicar que la oferta de la compañía transalpina ha sido una sorpresa y no habrían hablado con el consejo de Abertis o con el de Criteria.
Es posible que pueda pensarse que el precio ofrecido por Atlantia es insuficiente y ello lleva a los principales accionistas a rechazar la venta, especialmente a Criteria. Pues sí, en efecto, el precio parece demasiado ajustado, por no decir claramente insuficiente. Algunas compañías y diversos analistas han evaluado ya por encima de lo ofrecido por Atlantia el valor de nuestra compañía; es más en estos momentos la capitalización de Abertis estaría en línea con lo que la compañía italiana esta ofertando, para ser exactos el precio de cotización es ligeramente superior al de la opa. Desde luego, si es por precio, siempre se puede esperar una subida de lo ofertado para hacerse con el control, de hecho son muchos los que esperan y confían en una nueva oferta a un precio más alto. Conviene señalar, para tener una idea precisa de hasta dónde podría llegar el precio, que Atlantia dejó claro desde el principio que no iba a tirar la casa por la ventana. Si esta declaración se cumple, entonces no parece muy probable que el precio de la opa se incremente considerablemente o que estamos ante una adquisición que pueda desembocar en hostilidad. De existir una revisión al alza, esta debería ser lo suficientemente atractiva como para ofrecer una prima que le hiciera a La Caixa, accionista de referencia a su vez de Criteria, acudir a la opa.
Tenemos, por tanto, en la valoración que se hace, un factor que lleva a desconfiar de la llegada a buen puerto de la operación de adquisición. Pero hay más factores que empujan en la misma dirección, la de la apatía y desgana en vender los títulos de la empresa catalana. Esos motivos son más ocultos, tienen que ver con otros aspectos, pero a su vez tan importante o incluso más que el propio precio.
Tenemos, cómo no, el del poder. Aquí la oferta de los italianos también parece insuficiente. El ofrecimiento ha sido de tres consejeros sobre un total de 22, si se prefiere, los consejeros españoles tendrían una representación de tan solo el 13 por ciento. El número ofrecido es a todas luces insuficiente y no se corresponde con la aportación de negocio y beneficio. La adquisición de Abertis, y la consolidación en el balance de Atlantia, aportaría un negocio y unos beneficios muy superiores al 13 por ciento del peso de los consejeros españoles. La cuota de poder es por tanto otro obstáculo que sumar a la aceptación por parte de La Caixa para que Criteria aceptase la opa, más si cabe si la mejora del precio actual de adquisición fuera pacata.
Otro aspecto a tener en cuenta es alguna referencia anterior que tenemos de la actuación de los italianos en tomas de control de empresas españolas. Desde luego, el ejemplo que parece más claro es el de ENI en la ad- quisición de Endesa. La empresa energética italiana, que no posee el 100 por ciento de la eléctrica española, ha desmembrado totalmente la que fuera una empresa con una gran expansión y diversificación de su negocio. En la actualidad, Endesa se reduce, prácticamente, a una compañía doméstica. Es además empleada para derivar fuertes ingresos, vía dividendos, a la italiana. Aunque es muy opinable, los niveles de inversión de Endesa son para muchos ineficientes. Ante esta situación es fácil mover a la opinión pública para crear un posible caldo de cultivo negativo por el precedente comentado. La argumentación mediante la comparativa con Endesa podría ser un arma muy potente en el desenlace del intento italiano de hacerse cargo de nuestra empresa de infraestructuras.
Pero hay más cosas, encontramos también la opinión del Gobierno español sobre la conveniencia o no de apoyar u obstaculizar la operación. Para ver la importancia de la decisión que adopte el Ejecutivo solo hay que señalar que, dadas las características de la compañía española y la explotación de nuestras infraestructuras, el Gobierno tiene capacidad de veto en esta operación. Estaremos de acuerdo en que la gestión de autopistas es una actividad estratégica, pero además Abertis controla más del 90 por ciento del gestor de satélites Hispasat. Por tanto y, si ya parece complicado ceder alegremente la gestión de autopistas a una entidad extranjera, más aún parece que se convierta en el máximo responsable de los satélites espaciales. Hispasat es el noveno operador de satélites del mundo, contando con un operativo de ocho máquinas de este tipo.
Son, como ven, una serie o cúmulo de dificultades, no es tanto un problema de precio insuficiente. Hay otros temas como el poder o la posición del Gobierno español que, como he señalado, pueden estar detrás de lo que he denominado desgana ante la opa, además de ejemplos no muy satisfactorios de gestión por parte de empresas italianas.