
Los políticos de todas las ideologías de este país están siempre tratando de exponer ideas acerca de la creación de riqueza. Sus proposiciones se enredan, por lo general, y alcanzan tan sólo a tratar de que sean adoptadas medidas tendentes a solventar los problemas que suscitan los contratos laborales (especiales, único etc.).
Otros, incluso, proponen medidas para hacer más rápidos todos los trámites inherentes al establecimiento y las aperturas de nuevos negocios y empresas. Realmente esto está muy bien; pues todo lo que sea conducente a la eliminación de impedimentos para todas las posibilidades que puedan existir sobre conseguir el aumento del empleose debe acoger con agrado.
Ahora, se debe decir con claridad meridiana que siempre y cuando, obviamente por lógica, todo ello se encuentre dentro del marco mínimo exigible en lo relativo a la ética empresarial y moral humana. Pero lo que no se observa que hagan alusión nunca,es a una clara señalización de lo que realmente es un factor importantísimo. Recuerden que en España, por poner un simple ejemplo, cuando se creó más riqueza fue en las décadas de los cincuenta y sesenta del siglo XX (Telefónica, Seat etc.).
Y si recuerdan aún más se puede comprender que ello fue motivado como consecuencia de que el Estado se transformó en un Estado Desarrollador. Máxime los sería ahora con el conocimiento de las actuales técnicas de management empresarial. Ésto significa, evidentemente, que se ha demostrado a lo largo de nuestra historia que cuando en cualquier zona geográfica, los gobiernos se implican en la creación de empresas siempre se ha conseguido obtener una creación de riqueza ingente.
Más ejemplos de esta aseveración sin posibilidad de refutación alguna son, sin lugar a duda, las Islas Mauricio, y por supuesto Singapur, con su espectacular situación, en el ranking de los países más ricos del mundo.
Por ello, se debe volver a recordar lo que es la Teoría Económica que ha sido repetidamente demostrada. Y esto, que es palmario, parece que no lo están teniendo en consideración y lo están olvidando los políticos; a pesar de que es probable que se encuentran aparentemente asesorados por economistas, que según ellos nos recuerdan, son eminentes y reputados.
Se debe señalar que lo mínimo que puede esperarse de cualquier Gobierno es que dirija a sus ciudadanos a estadios de mejora de sus y también los proteja de situaciones negativas.
Por lo que se debe pedir a nuestros gobiernos que implementen en sus presupuestos una partida suficiente a este efecto y se dediquen expresamente a ocuparse, preocuparse e implicarse de manera directa en desarrollar empresas, principalmente en sectores con alto valor añadido, a ser posible y por supuesto, que puedan tener éxito en la competencia en los mercados de una manera sostenible.
Porque si no empezamos cuanto antes a implementar lo señalado anteriormente, se va a perder aún más tiempo, de lo que ya se ha perdido durante este Crash del 2007, que hará por desgracia alargar innecesariamente la situación económica indeseable de tantos millones de ciudadanos que continúan, lamentablemente, padeciendo en la actualidad. Y que se puede poner fin perfectamentea la mayoría de estas situaciones de esta manera y con la menor dilación de tiempo que sea factible.