Firmas

Quo vadis, Pedro

El discurso de Pedro Sánchez pronunciado en el Congreso el último 31 de agosto dejó muy claro que el Secretario General del PSOE tiene tomada una decisión irrevocable: votar no a la investidura de Rajoy ahora y, según se deduce de sus argumentos, de su tono y de sus brochas gordas demonizadoras, también piensa votar no en octubre. Pues bien, si eso es así, y si los "silenciosos barones", incluida Susana Díaz, siguen sin abrir la boca, a Pedro Sánchez le quedan sólo dos opciones:

Intentar formar un Gobierno con Unidos Podemos (156 votos frente a los 170 del tándem PP+Ciudadanos). Es esta una hipótesis tan 'progre' como inviable, pues tendría que contar con el apoyo de separatistas variados y/o Ciudadanos, tal y como lo han pedido "los abajo firmantes". Pero que Ciudadanos se dé la vuelta en octubre y apoye a ese 'Gobierno Frankenstein' (son palabras de Alfredo Pérez Rubalcaba) resulta más que improbable. Por cierto, que ninguno de "los abajo firmantes" pidió lo que piden ahora cuando Podemos votó en contra de la investidura de Sánchez.

La segunda opción es forzar unas terceras elecciones. Vamos, que Sánchez está ante un dilema de esos en los cuales uno tiene la sensación de que elija lo que elija le va a ir muy mal. En otras palabras: está en la misma situación que describe la vieja conseja según la cual "te cases o te quedes soltero cometerás un error". Y tengo para mí que en unas terceras elecciones, el PSOE, con Sánchez como principal candidato, no llegaría a obtener ni 45 diputados. ¿Dimitirá en tal caso Sánchez o será el último, el encargado de apagar la luz?

Si los miembros del Comité Federal del PSOE no se deciden por una decisión racional -que no puede ser otra que la abstención en un segundo intento, ya en octubre, del tándem PP+Ciudadanos- que se preparen para la irrelevancia política? de la cual probablemente van a darles el aperitivo las elecciones gallegas y vascas.

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