Firmas

Hace falta una reforma laboral por el crecimiento y no para la crisis

  • Que tenga de verdad como única meta la creación de empleo digno

En el Congreso Internacional de Aedipe celebrado recientemente en Madrid, se ha presentado el nuevo Observatorio de Empleo de la Asociación Española para la Dirección y el Desarrollo de Personas, en cuyas primeras conclusiones se incluyen algunos temas interesantes de reflexión.

El punto de partida es el análisis de la situación diferencial de España con respecto a los países de la Unión Europea en materia de empleo. Se cumple aquí el viejo eslogan: "España es diferente", en este caso para peor, pues duplicamos la tasa de desempleo de la UE y casi cuadruplicamos la de Alemania o la de Estados Unidos.

Estos datos diferenciales, ahora más evidentes por la dimensión de las cifras, se vienen reproduciendo históricamente. La conclusión evidente es que el mercado de trabajo en nuestro país está en desventaja estructural con respecto a nuestro entorno, la segunda, -consecuencia lógica de la primera-, es que ninguno de los sucesivos gobiernos tras la transición política ha sido capaz de reconocer y de solucionar este problema.

Cambios integrales para que descienda el paro

Algunos han tenido más éxito que otros en la creación puntual de empleo, pero siempre en atención a medidas coyunturales acompasadas al ciclo económico. El diagnóstico de nuestra sociedad es de una enfermedad muy grave que ha venido siendo tratada en sus síntomas, mientras la causa del mal permanece.

El objetivo de ajuste de los datos macroeconómicos en que se ha volcado la acción del actual Gobierno, se inscribe en la misma línea, siendo necesario y positivo, no es suficiente. Incluso manteniendo constante la tendencia que revela la última EPA o los datos recientemente conocidos del Servicio Público de Empleo Estatal no se volvería a recuperar una tasa de desempleo similar a la previa a la crisis hasta dentro de al menos quince años, y esto sin entrar en la calidad y circunstancias del empleo creado. Se echa en falta desde hace muchos años un proyecto integral político y económico de altura para abordar este problema.

El Observatorio de Aedipe señala, entre otros, dos aspectos esenciales señalados que mueven a la reflexión y que apuntan acciones a largo y a corto plazo, -dado el grado de deterioro no queda más remedio que actuar al unísono en la doble perspectiva-. El primero es la participación de la industria en el PIB español y su evolución y el segundo es el recorrido de la reforma laboral de 2012.

En relación con el PIB, lo cierto es que en España el sector industrial ha ido perdiendo peso progresivamente hasta situarse por debajo del 14%, cuando hace unos años estábamos en el 20%. Una de las causas de la debilidad estructural comparativa de nuestro mercado de trabajo se cifra precisamente en esta circunstancia.

Desarrollo económico industrial necesario

No ha habido ni hay en España un modelo de crecimiento económico capaz de crear y desarrollar el sector industrial, que es una premisa básica para la creación de empleo de calidad, directo e indirecto. Hemos fiado todo a la economía de servicios - y a la improvisación, y al buen tiempo- y no se ha apostado por industria y tecnología.

La conclusión del Observatorio es clara: precisamos un Gobierno con un modelo de desarrollo económico industrial, capaz de impulsarlo en favor del bien común, del bien general de todos los españoles, que debiera ser el norte de la política, sobreponiéndose a localismos regionalistas. Para este objetivo, -que es creación de riqueza- , sí que convendría una reforma constitucional. Obviamente esto es una tarea a largo plazo, que requiere de pactos de Estado y que trasciende el espacio de una legislatura.

El segundo aspecto a destacar es la reforma laboral. La reforma laboral iniciada en 2012 ha sido la más importante de todas las realizadas -más de cuarenta- desde la entrada en vigor del Estatuto de los Trabajadores. Reforma estructural, de hecho la reforma estrella del Gobierno -lo demás no son tanto reformas como ajustes, recortes o reordenaciones-, la laboral ha supuesto un cambio esencial y al comienzo de la legislatura, que es como se deben hacer estas cosas, que dice nuestro presidente.

Necesitamos una reforma laboral en positivo

La reforma laboral de 2012 no es una reforma pensada para la creación de empleo -en todo caso está pensada para ofrecer alternativas a su destrucción, parcial o completa- pensada para apoyar a empresas en crisis y dificultades, -sabido es que en España, por desgracia y como consecuencia, entre otras causas, de la debilidad industrial antes señalada la caída de la demanda se paga en primer lugar con la destrucción indiscriminada de empleo- pero no es una reforma pensada "en positivo", aporta flexibilidad para despedir, pero no para crear empleo con facilidad, sobre todo a las buenas empresas que no van mal.

La conclusión aquí es clara, y la propuesta sí es a corto plazo; hace falta una reforma laboral en positivo, no para la crisis, sino para el crecimiento, que con anticipación tenga de verdad como única meta la creación de empleo digno, que reconozca las nuevas formas de trabajo y el cambio social y económico operado en nuestro país, que aporte nuevas estructuras sociales acordes y que cambie radicalmente el modelo de contratación laboral y los cauces de incorporación al mercado de trabajo.

Carlos de Benito, socio de Interlaboris y profesor de Derecho del Trabajo Universidad Nebrija.

WhatsAppFacebookFacebookTwitterTwitterLinkedinLinkedinBeloudBeloudBluesky