
El recorte del gasto de la presidencia del Gobierno un 14% en la legislatura normalmente podría calificarse como una buena noticia, y más teniendo en cuenta los disgustos a los que normalmente nos somete con sus diferentes propuestas políticas y tributarias, alegrándonos de que por fin se ajuste su cinturón.
No obstante, la presentación de los Presupuestos Generales del Estado para el año 2015 podría haber ido en la misma línea, lo cual habría sido deseable, a fin de ajustar definitivamente el déficit público. Si bien es cierto que a lo largo de la legislatura la salud de las cuentas públicas ha mejorado algo, el enfermo todavía presenta un diagnóstico reservado, como habitualmente hacen los médicos en sus comunicados oficiales.
Pero no debemos olvidar que tal diagnóstico no significa que el enfermo ha mejorado, sino que resulta imposible saber su evolución. Y ello es así, porque lamentablemente nos encontramos en año electoral, por lo que los ajustes necesarios ni están ni se esperan. Es decir, a nuestro paciente le hemos quitado la medicación necesaria a fin de contentar a la familia, cambiando los antibióticos por paracetamol al parecer un medicamento menos agresivo, con la idea de que su efecto placebo cure la enfermedad por sí sola, tal y como el índice de confianza del consumidor parece anticipar.
En este sentido, estamos supeditando la reducción del déficit al crecimiento económico y al aumento de la recaudación por la reforma tributaria, algo que además de resultar sorprendente al Gobernador del Banco de España, nos parece personalmente preocupante. Ni la reforma tributaria está aprobada ni el crecimiento económico está garantizado, más aún cuando nuestros vecinos empiezan a parecer los primeros síntomas de la enfermedad.
Debemos considerar como el déficit primario permanece en negativo, lo cual deriva necesariamente en un aumento del endeudamiento del Estado, deuda que no debería considerarse un gasto político para la siguiente legislatura esperando que el médico del siguiente turno lo diagnostique correctamente y lo cure de manera firme.
Cierto es que el coste de la deuda se ha reducido de manera importante, lo cual aumenta el interés por la deuda, pero aparte de poder tratarse de algo meramente contingente en el tiempo, no debe hacernos olvidar que el principal sigue vivo. Y la deuda hay que pagarla, normalmente con impuestos en años venideros, legando a generaciones posteriores, a los facultativos del siguiente turno, los excesos de nuestra juventud.
A esta situación debemos añadir el optimismo de la Seguridad Social, la cual igualmente supedita su recuperación en el año 2015 a una fuerte recuperación de los ingresos por cotizaciones sociales que esperan que crezcan algo más del 6,8%, a lo que hay que añadir la esperanza en un incremento de las cuotas que se recaudan exclusivamente de las empresas y los trabajadores ocupados con tasas superiores al 8,6%. Ambas cifras también dependen necesariamente de la evolución del empleo y de los salarios. Aquí la deuda futura suscita problemas en nuestra pensión futura.
La solución: reducir nuestro optimismo
La solución pasa por reducir nuestro optimismo, por recomendar un definitivo adelgazamiento de la estructura del Estado, plagada de duplicidades, con un elevado coste de mantenimiento y una dudosa utilidad para los contribuyentes. El sostenimiento del modelo de Comunidades Autónomas, Diputaciones, Ayuntamientos y Corporaciones Locales podría ser un paso previo para cuestionarnos la estructura de los diferentes ministerios, de la utilidad real del Senado o del número de diputados, así como toda la cohorte de asesores que deambulan con buen sueldo el trabajo que debería realizar el electo político que hemos votado.
Lamentablemente estamos redefiniendo el concepto de presupuesto base cero, dejando a cero las propuestas efectivas para recuperar el antibiótico de nuestro paciente, que en algún momento en el futuro debería "bajar a planta" sino queremos un diagnóstico crítico del mismo.
Rubén Manso Olivar. Doctor en Economía y fundador de Mansolivar Professional Financial Services.