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Análisis | Bancos, los nuevos alquimistas

  • Son las entidades las que manejan la máquina de imprimir dinero
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Los economistas solo nos acordamos de Santa Bárbara cuando truena. Y ahora que ya estamos empapados hasta los huesos toca recuperar los certeros estudios de Minsky y Kindleberg sobre el origen y desarrollo de las crisis financieras. Un análisis que fue convenientemente relegado a los rincones de la memoria colectiva de la profesión y que hoy, a toro pasado, vuelve a cobrar toda su relevancia.

Lo substancial no es el ciclo económico -producto de una caída en la rentabilidad marginal del capital- sino el financiero. Es decir, el flujo de crédito que en su exceso acaba por empantanar la actividad económica. El progreso de un ciclo financiero pernicioso es fácil de detectar: la exuberancia de crédito se vuelca invariablemente en el sector inmobiliario creando distorsiones de precios y desviando recursos y mano de obra a sectores burbuja que son insostenibles a largo plazo.

Es el sector bancario, mal regulado y peor supervisado, el que propicia e inicia esa abundancia intoxicante mediante su potestad para imprimir efectivo bajo el sistema de reservas fraccionarias. En su monografía Creación del dinero en el sistema económico moderno el Banco de Inglaterra señala que son los depósitos bancarios y no la moneda en circulación los responsables de 97% de la masa monetaria; esa contrapartida que contabiliza en unidades monetarias el conjunto de la actividad económica de un país. Depósitos bancarios que particulares y empresas utilizamos diariamente debitando nuestros gastos y acreditando nuestros ingresos sin necesidad de manejar efectivo. Meros apuntes bancarios; como son también meros apuntes bancarios los créditos concedidos que se constituyen como depósitos a favor de, sin otro respaldo que la obligación de pago contraída por el deudor.

Dinero de la nada

Persiste la idea primaria de que son los depósitos o ahorros de los clientes los que el banco intermedia y transforma en créditos. Nada mas lejos de la realidad. Es el banco en función de su evaluación del riesgo el que al conceder un crédito crea depósitos, es decir, dinero efectivo de la nada.

En aras de la claridad y llevando el argumento a su extremo: un banco podría conceder un crédito de un millón de euros sin tener un céntimo en depósitos en sus arcas, y contando solo con el pagaré del deudor. Puro apunte contable. Si no puede o no quiere acudir al mercado bancario, podrá recurrir a su Banco Central para obtener la liquidez que necesita financiándose al módico 0,25% con el fin de hacer frente a las retiradas que realice el beneficiario del crédito.

Son por lo tanto los bancos y no los gobierno los que manejan en gran medida la máquina de imprimir dinero al conceder créditos y los depósitos resultantes mediante un simple apunte bancario. Los nuevos alquimistas. Claudio Borio del Bank for International Settlements (el banco central de los bancos centrales con sede en Basilea) señala que en el apogeo de la expansión de crédito está el origen de las subsiguientes crisis bancarias. Crisis especialmente severas que con una duración media de diez años dejan al sector bancario boqueando y necesitado del boca a boca de los estados. Un rescate, por otra parte, ineludible si se quiere evitar un colapso de todo el entramado de la actividad económica que depende para su funcionamiento de los servicios bancarios.

Reparar balances

Esa primera etapa, la del rescate, se ha implementado hoy con éxito. Se ha logrado cortar la hemorragia. Ahora entra en juego la segunda fase: reparar balances e implementar las reformas necesarias, especialmente las que afectan a la ordenación y diseño del sector bancario. Una exigencia que es ampliamente compartida como la única manera para evitar volver a tropezar por enésima vez con la misma piedra.

Hay un implícito "hasta aquí hemos llegado" flotando en el ambiente. En esa línea resulta significativo el articulo Strip private banks of their power to create money, publicado recientemente por el Financial Times, en el que su mas destacado columnista Martin Wolf se declara sin ambages a favor de devolver la gestión de la masa monetaria al Banco Central y terminar con el protagonismo que hoy goza la banca para generar capacidad adquisitiva sin respaldo. Sólo los depósitos de los clientes que así lo decidan podrán ser intermediados como créditos a terceros y ese a su vez será su limite en la creación de crédito. La llamada banca con reservas al 100%. Tanto tienen tanto prestan.

Se esté o no de acuerdo con la propuesta es lectura recomendada y merece ser evaluada con detenimiento. Es de simples continuar una vez mas con los mismas estructuras y esperar un resultado diferente. Hay que repensar la banca y sus funciones, en ese nuevo tiempo que se abrirá después de la Gran Recesión y ese debate deberá ser abierto, innovador y sin estridencias políticas.

Ignacio Nart, analista financiero

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